Ya sea que esté por viajar a un lugar desconocido o que esté tratando de interactuar más fluidamente con personas de un lugar lejano, el idioma local ya no debe ser una barrera para la comunicación.
Desde el surgimiento y masificación de las computadoras personales, distintas usinas consolidadas del campo lingüístico al igual que incipientes emprendimientos provenientes del sector informático, empezaron a pisar fuerte en la red con programas, páginas y (en el contexto de la telefonía celular) aplicaciones pensadas para facilitar las distintas aristas del choque de culturas y mejorar el acceso a lo foráneo.
En esta entrada nos dedicaremos a analizar algunas características de las distintas aplicaciones (apps, en la jerga del nicho en cuestión) para teléfonos celulares aplicadas al campo de la traducción y temas afines.
Como punto de partida, no estaría mal empezar observando que la naturaleza multimedia de los dispositivos que ejecutan estas aplicaciones reproduce la misma naturaleza multimedia de la lengua en sí. Como bien se sabe, una palabra cuenta con una expresión visual (su escritura) y una expresión sonora (su pronunciación). Sin embargo, ocurre muchas veces que el idioma del lugar adonde vamos no usa el mismo alfabeto que nuestra lengua madre. Entonces, si quisiéramos saber cómo se dice ψΦπτþ, por ejemplo, podemos encontrarnos frente a más de un inconveniente. Por un lado, no sabríamos cómo se pronuncia el término porque el alfabeto difiere del nuestro y, por otro, si quisiéramos ingresar esas grafías a nuestro dispositivo, puede ocurrir que no sepamos de qué lado a qué lado debemos escribir. Allí es donde entran en juego (y cobran todo el sentido) aquellas aplicaciones que combinan la cámara de fotos de los teléfonos celulares, la tecnología de reconocimiento óptico de caracteres (OCR, por sus siglas en inglés) y los motores de traducción. Ya que, de este modo, podemos sacarle una foto a una palabra y no solo acceder a una traducción, sino que además podemos obtener una expresión sonora de su pronunciación.
Otra función que se destaca entre las principales aplicaciones del campo de la traducción es la que se conoce como el traductor de voz, aquella que permite convertir el teléfono móvil en un intérprete simultáneo. Así como las aplicaciones descriptas en el párrafo anterior registran la expresión visual de las palabras, los traductores de voz, mediante el micrófono incorporado de los dispositivos celulares, captan la manifestación sonora del lenguaje, lo digitalizan mediante una tecnología equivalente al OCR pero para audio, lo traducen mediante alguno de los tantos motores disponibles, y lo vuelven a convertir a audio para emitirlo por alguna de las salidas de sonido del dispositivo.
Los lectores ya no deben andar con pesados diccionarios a cuestas si el vocabulario del libro que están leyendo les resulta esquivo. Los turistas ya no han de comer aquello que no querían porque no entendían el menú y nadie más ha de perderse en un país porque no conoce el alfabeto del idioma local. Para todo esto y mucho más existe un número cada vez más grande aplicaciones pensadas para resolver una amplia gama de situaciones para las que solía ser necesario contar con un intérprete (o una biblioteca) a fin de sortearlas con éxito.