El idioma inglés no se ha convertido en idioma universal porque tenga la mayor cantidad de hablantes nativos (el chino y el español tienen más) sino porque tiene la mayor cantidad de hablantes no nativos.
China, por ejemplo, tiene la población de hablantes de inglés como segunda lengua más grande del mundo. En Corea, los padres incluso les practican una pequeña cirugía debajo de la lengua a sus hijos para que puedan pronunciar de forma más fluida los fonemas que les resultan más complicados de articular a los asiáticos.
La prevalencia del inglés sobre los demás idiomas es indiscutible. El español ha asimilado cientos de palabras en inglés. Es más, muchas estructuras sintácticas se ven alteradas por la presencia del inglés en nuestro idioma: el famoso “en base a” como anglicismo o los usos incorrectos de los gerundios, como los anglicados gerundios adjetivados y de posteridad.
Obviamente, la existencia de una lingua franca no es algo necesariamente negativo. Algunos pueden asegurar que nos une, ya que todos seríamos capaces de entendernos a través de un idioma universal. Además, el inglés se encuentra dentro de los idiomas más fáciles de aprender: la variación de género la marca un adjetivo posesivo en la mayoría de los casos, pocos tiempos verbales (sobre todo comparándolo con el español), etcétera.
Sin embargo, hay mucho más para decir al respecto. Para empezar, este fanatismo por el inglés lleva a que otras lenguas sean marginadas y se extingan. Pensemos en la cantidad de lenguas aborígenes que desaparecen cada día. Y, con ellas, también desaparece su cultura. Y esta idea es precisamente lo que da origen al llamado “imperialismo lingüístico”: los idiomas no representan solamente una manera de comunicarse, también transmiten una cultura.
Por estas razones, debemos reflexionar acerca de tener un idioma universal. Debemos pensar en que hablamos como pensamos y, al comunicarnos, comunicamos todo un bagaje de cultura.
Desde Trusted Translations, abogamos para que todos las lenguas sean protegidas. Puede existir una lingua franca, un idioma universal, pero también debe existir un lugar para todas las demás.