Bastante hemos hablado ya en otras publicaciones acerca de los avances de la tecnología en el campo de la traducción. Memorias de traducción, traductores automáticos, herramientas para el control de calidad, y la lista continúa. Incluso hasta existen softwares que nos permiten introducir texto por reconocimiento de voz: con solo instalar un pequeño programa o plug-in para que funcione en nuestra herramienta de traducción (Trados, SDLX, etc), podemos agregar texto de manera oral y evitar así el engorroso proceso de pasarse horas y horas detrás de una máquina tipeando miles y miles de palabras.
Pero los avances tecnológicos (esto es sabido) nunca se detienen. Siempre hay tiempo (o creatividad) para algo más. Google, por ejemplo, es un ejemplo de esto.
Con el lanzamiento de Nexus One en enero del 2010, se entendió que en Google jamás están satisfechos con lo que crean y siempre buscan llevar algo más allá los límites de lo que la firma es capaz de lograr. Este dispositivo (aunque ya viejo, pasó más de un año desde su lanzamiento) ofrece traductor por voz, que le permite al usuario tener conversaciones con cualquier individuo sin importar el idioma que hable.
Ya vimos en otras ocasiones a la gran G desarrollar sistemas para que se haga cosas con la voz en lugar de texto, como el buscador por voz. Usando tecnologías como la antes nombrada, Google espera que tenga el sistema básico dentro de unos años. El funcionamiento es muy complejo pero tendría la capacidad de reconocer el idioma de alguien y traducirlo al equivalente sintético de un idioma distinto. El sistema va a analizar paquetes de diálogo, escuchando al usuario hasta que comprenda el mensaje que quiere ser enviado y después traduciéndolo.
Según expertos de Google, queda claro que, para que funcione como es debido, se requiere de una combinación de traducción precisa y un sistema de reconocimiento de voz perfecto y esto es en lo que la empresa sigue trabajando al día de hoy. Pero además admite que el reconocimiento de voz no es nada sencillo. Cada persona tiene una voz, acento y un tono diferente, pero el reconocimiento tendría que ser efectivo con los teléfonos móviles, ya que por naturaleza son personales para cada uno. El teléfono, por ejemplo, debería ser capaz de reconocer tu voz concreta.
El solo problema que le hallamos al sistema es que debería funcionar de forma perfecta para poder utilizarse. En tanto que los traductores de texto podrían tener problemas y el usuario mismo los corrige, aquí el oyente recibe la traducción del sistema y nada de lo dicho por la otra persona. Es por esto que nos cuesta creer que casualmente serán capaces de traducir a la perfección lo dicho por una persona. Todavía así, se debe reconocer, Google tiende a dejarnos sorprendidos. De todos modos, siempre va a ser mucho más productivo depositar nuestra confianza en servicios ofrecidos por humanos, por lo menos hasta que esta tecnología demuestre ser lo suficientemene madura. Uno de estos servicios, por ejemplo, es el de la Traducción Telefónica ofrecida por Trusted Translations.