Al hablar de una buena traducción, se suele hacer hincapié en el concepto de fidelidad. Generalmente, se cree que el texto meta debe ser fiel al texto fuente y respetar tanto su estilo como los elementos a los que hace referencia. Sin embargo, en ocasiones, un texto “demasiado fiel” al original puede dificultar la comprensión del lector meta, y es posible que el texto no cumpla su objetivo, es decir, que no sea funcional. Es aquí cuando surge la pregunta: ¿necesitamos traducciones fieles o traducciones efectivas?
Pensemos, por ejemplo, en los textos instructivos, como los manuales del usuario o las recetas de cocina. En inglés, suelen ser mucho más detallados que en español e incluir información que, en el segundo idioma, generalmente, se da por sentada. Si le damos al público de habla hispana un texto traducido que sea extremadamente fiel al original, es probable que se sienta subestimado y que ni siquiera termine de leerlo.
Algo parecido ocurre con los textos publicitarios. Imaginemos uno que se escribió en inglés para un público estadounidense y que se va a traducir para ofrecer el producto en España. Lo más probable es que muchos de los elementos a los que hace referencia sean desconocidos para el público español y que, incluso aunque los conozca, no se logre el mismo efecto que con el público estadounidense. Y si no impacta de la misma manera, tampoco venderá de la misma manera, es decir, no cumplirá con su objetivo.
En 1978, el lingüista Hans Vermeer, introdujo por primera vez la teoría del skopos. Skopos es una palabra de origen griego (σκοπός) que significa ‘propósito’. La teoría sostiene que, tanto la traducción como la interpretación deben tener en cuenta, principalmente, la función de los textos de origen y de destino. Entonces, por ejemplo, si la función es vender un producto, debemos adaptar el texto para que tenga el impacto que se busca en el público meta. Y esto no se aplica solo a lo lingüístico, sino también a las costumbres, el conocimiento de mundo y las preferencias de cada público.
Quizá esto se vea más claramente en las traducciones de películas, sobre todo, en el doblaje de las películas infantiles. Queda claro que, en estos casos, el doblaje se hace con el objetivo de que los niños que hablan el idioma meta se entretengan tanto como los que hablan el idioma original. Para ello, es necesario hacer una serie de ajustes con el fin de adaptar referencias, chistes, lenguaje, etcétera. No digo que siempre se deba hacer una adaptación a este extremo, pero creo que es un buen ejemplo para entender lo que es una traducción efectiva.
Para responder la pregunta que da título a esta entrada, podemos decir que, en general, buscamos efectividad más que fidelidad. Por supuesto que no vamos a decir algo absolutamente diferente de lo que dice el texto fuente, pero si adaptar todo aquello que sea necesario para que se logre el efecto buscado en las personas que lo reciban en el idioma meta. Los traductores e intérpretes profesionales cuentan con las herramientas necesarias para ayudarlo a saber qué tipo de traducción necesita y obtener un texto final lo más efectivo posible.