The Economist es un periódico muy conocido y aclamado sobre economía que se publica en el Reino Unido. Uno de los principios de los cuales más se enorgullecen es cómo les gusta tomar posición en cuestiones y discutir a favor o en contra de determinados temas. Lo leen personas importantes, influyentes e inteligentes en todo el mundo.
El otro día los estaba hojeando y decide recorrer el sitio web para indagar algunos archivos, simplemente para ponerme un poco al día con toda la actualidad en el mundo de la economía.
Uno de los puntos de vista que actualmente defienden en su sitio web es el uso adecuado de la gramática inglesa y para ello presentan una guía de estilo que entregan a todos sus periodistas escrita por John Grimond. Me resultó interesante sumergirme en el mundo de la gramática y la terminología a través de una fuente que es indiscutidamente británica. Luego, me crucé con una sección llamada “Angloamericanismos”:
https://www.economist.com/research/styleGuide/index.cfm?page=673931
Los lectores habituales de este blog saben que aprecio el garbo y la creatividad a la vez que considero que todo debe encontrarse dentro de los límites de un sistema organizado y uniforme para garantizar la comprensión de los lectores. En inglés, se puede jugar con las estructuras y la longitud de las oraciones para brindar diferentes ritmos y cambiar algunos aspectos. ¡No dejen que su idioma envejezca! Mezclen la manera en que se expresan para que el lector se interese. Y sigan haciéndolo. Jamás me declararía experto y ciertamente creo que todos tenemos derecho a opinar, siempre que podamos fundamentar con un ejemplo. El Sr. Grimond, por el contrario, simplemente odia a los estadounidenses.
Algunas partes de esta página me parecieron un “Grandes Éxitos de la Condescendencia”, pero también me pareció valioso mostrar las diferencias entre el inglés estadounidense y el británico.