Los orígenes de esta fiesta tan popular se remontan a un incidente en 1621, cuando peregrinos estadounidenses celebraron el primer “Día de Gracias” para expresar su gratitud a Dios y a los nativos de Wampanoag por lograr su primera cosecha exitosa en suelo estadounidense.
Desde entonces, en Estados Unidos, se sucedieron los festejos siempre para la misma fecha, el cuarto jueves de noviembre, hasta que en 1863 el presidente Abraham Lincoln lo declaró feriado nacional.
Como toda tradición bien arraigada, se fue pasando de generación en generación hasta el día de hoy, manteniendo ese espíritu de los primeros peregrinos: el profundo agradecimiento a Dios por la cosecha del año.
Y con el rigor de toda tradición, la cena de Día de Gracias debe ofrecer las delicias típicas de esta celebración: el pavo asado con la tarta de calabaza, la salsa de arándanos, la tarta de manzana, el puré de papas con la singular salsa preparada con el jugo de la carne…
Además, hoy en día, se organizan increíbles desfiles para conmemorar este día, algunos de los más importantes organizadores de estos eventos son Macy’s, McDonald’s UBS
También se festeja en Canadá, oficialmente desde 1957, pero en otra fecha, allí se celebra el segundo lunes de octubre.
Y como Canadá es un país bilingüe, todo se expresa en ingles y en francés: por ejemplo, “Thanksgiving Day” en la comunidad francesa de Canadá es “le Jour de l’Action de Grâce”, o también se puede leer “le Thanksgiving.”
Pero como hemos visto en varios artículos, las culturas trascienden las fronteras políticas…Y el Día de Gracias se festejará en cualquier rincón del mundo donde haya algún heredero de aquella tradición de los primeros pobladores.
Y una vez más, nuestra intención es transmitir que no siempre basta con la mera traducción literal de la palabra, sino que hay que saber expresar el espíritu escondido en las palabras… espíritu que sabe llegar vivo de generación en generación, a través de la historia…