Hoy en día, debido a la abundancia de videos publicados en redes sociales y a la proliferación de los servicios de streaming, el uso de subtítulos, en especial los subtítulos ocultos o cerrados, los que sirven para que las personas con pérdida auditiva tengan acceso a estos contenidos, han pasado a un primer plano. Esta semana, las agencias de noticias, como también varios usuarios de Twitter, han informado que los subtítulos de la popular serie coreana Squid Game (El juego del calamar) no coincidían con el dialogo hablado.
Esta reciente polémica nos da la oportunidad de estudiar un poco las diferencias entre los distintos tipos de subtítulos y cómo estos afectan a los usuarios. Normalmente, suponemos que los subtítulos, abiertos o cerrados, son una versión fiel del texto hablado en una producción audiovisual y que cumplen la misma función. Pero, en realidad, aunque sus funciones coinciden en varios puntos, hay diferencias importantes.
Subtítulos abiertos vs. subtítulos cerrados u ocultos
Básicamente, ambos tipos de subtítulos implican transcribir el texto hablado en un medio audiovisual. Si se trata de un diálogo de una película o serie, la transcripción y el texto hablado se dan de manera sincrónica, para facilitar la comprensión.
Como habíamos dicho antes, el subtítulo cerrado sirve para que las personas con pérdida auditiva tengan acceso a contenidos audiovisuales. Se considera que esto es una ayuda que puede prenderse o apagarse según las preferencias de los espectadores. La diferencia entre los subtítulos ocultos y los subtítulos comunes es que se considera que el usuario de los subtítulos ocultos no oye ni los textos hablados ni las bandas sonoras de las producciones audiovisuales, por lo que es necesario añadir cierta información. Por ejemplo, si un personaje de una película habla fuera de campo o si es difícil distinguir entre varios personajes que hablan, los subtítulos cerrados deben incluir el nombre del personaje que habla, para que los usuarios puedan identificarlo fácilmente. Los subtítulos cerrados también deben incluir efectos de sonido que aportan a la narración, como [pasos inquietantes], [EXPLOSIONES] o [disparos silenciados].
En varios países hay leyes que requieren añadir subtítulos ocultos en los programas de televisión (grabados o en directo). En Estados Unidos, por ejemplo, el subtitulado de estas emisiones está regulado por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la que garantiza la calidad y la disponibilidad de los subtítulos. Este no es el caso de los subtítulos comunes. En 2017, este requisito se extendió a los cines con la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA). Desde ese entonces, los cines han debido proporcionar subtítulos ocultos a través de dispositivos especiales para todas las películas digitales que los incluyen. Por el contrario, los subtítulos comunes suponen que los usuarios pueden oír la banda sonora. Se supone que los usuarios los usan por conveniencia lingüística y, por eso, por lo general, no están regulados. Es importante tener en cuenta que estos subtítulos no se consideran apropiados para un público con pérdida auditiva.
Servicios de streaming
En cuanto a los servicios de streaming y los contenidos en internet, el asunto se vuelve más interesante. Mientras que no es un requisito legal, muchos de los servicios de streaming, entre ellos Netflix, requieren que los contenidos incluyan subtítulos cerrados y subtítulos comunes. ¿Por qué? Porque es una buena práctica comercial. Proveer subtítulos cerrados promueve la inclusión social de las personas con pérdida auditiva. Los subtítulos comunes, como los de El juego del calamar, reciente objeto de controversia, se limitan, en general, a proporcionar traducciones de los textos hablados y no están regulados. Pero los subtítulos también incrementan el contenido disponible para el público en Estados Unidos y en el mundo, sin importar la lengua madre; es decir, hay un caso de uso comercial que avala proveer ambos tipos de subtítulos. Netflix no se hace cargo del gasto de los subtítulos, pero sí requiere que las producciones que ellos distribuyen los tengan.
De manera similar, YouTube ha hecho esfuerzos para facilitar el subtitulado del contenido que se transmite a través de su plataforma. Esto no es solo una forma de fomentar la inclusión social, sino que también aumenta el número de usuarios de sus servicios y flexibiliza el uso de su plataforma. Por ejemplo, se pueden ver videos en lugares ruidosos al habilitar los subtítulos en un dispositivo móvil. Google incluso ha provisto subtítulos ocultos automáticos gratuitos por reconocimiento de voz en su servicio de conferencias por video.
En Trusted Translations, contamos con expertos en subtitulado y en el cumplimiento de la sección 508 de la Ley de Rehabilitación, y tenemos la capacidad para producir subtítulos en más de doscientas lenguas. Nuestra experiencia nos ha demostrado que la controversia producida por los subtítulos en inglés de Squid Game, los que son distintos al texto hablado en coreano e incluso distintos al doblaje inglés, no es algo inesperado. Esto llama la atención sobre el impacto de los subtítulos en la cantidad de público que consume una producción audiovisual y en la accesibilidad. Con traducciones y transcripciones fieles al texto original, los subtítulos pueden mejorar la experiencia del público y ampliar el mercado. Los errores, por lo contrario, pueden quitarle valor incluso a las mejores producciones.