La traducción de un proyecto de Robohelp es una tarea compleja que, si uno no se encuentra debidamente capacitados sobre el tema, el camino resulta engorroso, cansador y muy frustrante. Robohelp es algo que todos alguna vez utilizamos, pero no estamos muy familiarizados con su nombre, es un HAT (Help Authoring Tool) que actualmente es parte de todos los «Ayuda» que encontramos en los programas, y ahora amplió sus límites a sistemas online.
Ante esta tarea hay que mantener los pies sobre la tierra y saber bien por donde comenzar. Desde el principio y hay que asegurarse de contar con un asesor de sistemas confiable o un buen departamento de IT para llevar a cabo el plan del proyecto. Por su naturaleza tecnológica, todo debe planearse: arrastrar un error desde el comienzo puede ser una de esas malas decisiones de las que nunca se olvida.
Hay que tener en cuenta que un proyecto Robohelp cuenta, no solo de una gran cantidad de archivos, sino que de una enorme variedad de formatos diferentes, algunos de mayor popularidad como los htm y otros que resultan de lo más ignotos, como los hhk o hhc. La dinámica entre todos ellos es lo que, a fin de cuentas y una vez reunidos todos los archivos ya traducidos, logra que el Robohelp pueda montarse y funcionar en forma correcta, sin notarse que proviene de una traducción y logrando que cada sección mantenga la coherencia y consistencia con lo traducido en los otros archivos.
Hay 3 secciones básicas que hay que saber dividir, cada una con su subsección relativa. Siempre conviene dejar los Help Files para el final y resulta indispensable la creación y el constante uso y actualización de un glosario. La jerga informática se presta a términos que permiten muchas traducciones y hay que mantener la uniformidad. Otra cosa indispensable es conocer el software del Robohelp, sin información del mismo se carece de contexto y las concordancias entre la base de ayuda y el software mismo puede verse seriamente comprometida.