“La i griega se llamará ye”. Así tituló El País su noticia sobre la nueva ortografía de la Real Academia de la Lengua Española que se pretende aprobar de forma definitiva a finales de diciembre, y que se tratará, entre otras cuestiones, en el próximo encuentro de los representantes de las veintidós Academias de la Lengua Española que se celebrará entre el 27 de noviembre y el 5 de diciembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México.
Me gustaría recoger a continuación algunas de las reformas principales que, según nos indica El País, tendrá esta nueva ortografía y, como se puede ver en foros sobre lenguaje y traducción, no están dejando indiferente a nadie.
– “Ye” en lugar de “y griega” para denominar a la Y.
– “Doble uve” en lugar de “uve doble” para denominar a la W.
– Ch y ll ya no serán letras del alfabeto.
– No será necesario acentuar “solo” para diferenciar su significado (pero si se pone el acento cuando corresponde, no se considerará una falta de ortografía).
– Guión sin tilde (se considerará una falta de ortografía poner la tilde).
– La “o” entre números no será necesaria acentuarla.
– Catar en lugar de Qatar.
En mi opinión, hay algunas enmiendas en las que puedo estar de acuerdo, como el caso de la Q, pues es cierto que fonéticamente se identifica con el sonido /k/ sólo cuando a la combinación “qu» le sigue una “e” o una “i”. Pero, por ejemplo, estoy en total desacuerdo con no acentuar “solo” en los casos que actúa como adverbio, pues además, habrá muchas ocasiones en las que el contexto no te ayude a resolver la cuestión. Las frases “Está sólo mañana” y “Está solo mañana” tienen un claro significado diferente y no entiendo porque contribuir a dificultar la comunicación en lugar de ayudar a ella.
Además, me parece que con algunas decisiones tratan de conciliar el español de España con el del otro continente, como llamar «doble uve” a nuestra, de toda la vida, “uve doble”, o lo mismo para ellos al tener que hablar de “uve” en lugar de “be corta” o “be pequeña”, entre otras opciones.
El español es una lengua muy rica gracias a su extensa diversidad terminológica, no creo que tenga nada de malo que unos digan “uve” y otros “be corta”, de hecho, la diferencia de términos utilizados no sólo en un mismo país sino entre ciudades colindantes es palpable, y nadie se plantea unificar los términos.
Sea como fuere, esto es lo que propone la RAE y habrá que estar atento a la nueva ortografía y las nuevas reformas que se apliquen pues, como traductores, es nuestro referente por excelencia y habrá que adaptarse a lo que se viene.