En una entrada anterior se abordó el tema de quienes son los traductores más famosos. Pero ¿quiénes son algunos de los traductores argentinos más ilustres? País reconocido por sus hombres y mujeres de letras, la Argentina fue cuna de algunos importantes traductores del siglo pasado.
Jorge Luis Borges: si bien como escritor su nombre está grabado en los anales de la literatura universal, el público general desconoce que también fue un gran traductor. Borges nació en la Argentina, en el seno de una familia británica y además de español e inglés sabía francés y alemán. Tradujo la obra de grandes nombres de la literatura como por ejemplo Oscar Wilde, Walt Whitman y Franz Kafka. Adepto a la escuela de la «traducción libre», Borges frecuentemente citaba al poeta inglés Matthew Arnold quien consideraba que la traducción literal no era fiel al original porque muchas veces cambiaba el énfasis de la oración. Por ejemplo, decía Borges, «en español no se dice «buena noche», sino «buenas noches», en plural. Si se tradujera al francés como «bonnes nuits» o al inglés como «good nights«, se estaría cometiendo un error, porque se estaría creando una énfasis que no existe en el original.»
Julio Cortázar: nació en Bélgica pero se mudó a Argentina a una temprana edad. En 1948 obtuvo el título de traductor público de inglés y francés y trabajó para organismos como la Unesco, la Comisión de Energía Atómica y la Cámara Argentina del Libro. Tradujo libros de Edgar Allan Poe, Marguerite Yourcenar, Louisa May Alcott y Daniel Defoe, entre otros. El propio Cortázar se veía a sí mismo como «un traductor metido a escritor».
Alejandra Pizarnik: reconocida poetisa, es quizás la menos asociada de los tres con el mundo de la traducción. Sin embargo, Alejandra Pizarnik tradujo a autores tales como Antonin Artaud, André Breton, Marguerite Duras, y Henri Michaux. Pizarnik incluso realizó una traducción de una obra de teatro de Pablo Picasso.