En esta oportunidad, hablaremos sobre la interpretación.
Según la Real Academia Española, «interpretar» es:
1. tr. Explicar o declarar el sentido de algo, y principalmente el de un texto.
2. tr. Traducir de una lengua a otra, sobre todo cuando se hace oralmente.
3. tr. Explicar acciones, dichos o sucesos que pueden ser entendidos de diferentes modos.
Ahora, en la práctica, no es tarea fácil. Antes de analizar el arduo trabajo que debe realizar un intérprete, tengamos en cuenta los tres pilares esenciales de una interpretación: el orador, el público y el intérprete.
El orador es la persona que aprovechará el servicio prestado por el intérprete, a fin de lograr que el público entienda el tema abordado en una determinada situación. De ser posible, se recomienda que ambas personas se conozcan previamente, aunque sea unos 10 minutos antes, para tener la posibilidad de presentarse, de escucharse, y, sobre todo, de «romper el hielo». Ambas formarán un equipo de trabajo, por que lo que es esencial que estén predispuestas a ayudarse entre sí.
El público puede estar formado por profesionales de un campo determinado (psicólogos, médicos, ingenieros, profesores, comerciantes, entre otros) o por personas «comunes», quienes están interesadas en el tema, pero no necesariamente se dedican a eso (por ejemplo, pacientes o estudiantes). El intérprete tiene que saber, preferentemente antes de comenzar el trabajo, cómo está formada la audiencia, dado que esto es fundamental para determinar el registro que se utilizará en el momento de transmitir el mensaje.
Y por último, según la RAE, el intérprete es:
1. com. Persona que interpreta.
2. com. Persona que explica a otras, en lengua que entienden, lo dicho en otra que les es desconocida.
A diferencia de una traducción, el intérprete no sólo debe transmitir un mensaje del idioma de origen (hablado por el orador) al idioma meta (hablado por el público), sino que también debe mantener y respetar la entonación del orador, sin caer en un discurso monótono y “aburrido” para el público.
En una traducción, el traductor cuenta con un aliado fundamental para resolver problemas lingüísticos o conceptuales: el diccionario (además de disponer de Internet, libros, ¡colegas!). El intérprete sólo cuenta con sus conocimientos y su intelecto. Es por este motivo que es fundamental que el profesional, por ejemplo, sepa del tema del que se hablará, que esté enterado de lo que sucede en el mundo, que tenga cultura general.
En las próximas semanas, hablaremos más específicamente de dos tipos de interpretaciones: la interpretación simultánea y la interpretación consecutiva.
Si está interesado en obtener más información sobre este tema, visite nuestra página sobre Interpretación.
Versión en inglés: What is Interpretation?