Ferdinand de Saussure notaba en el lejano 1916 en su genial Curso de lingüística general, la doble valencia del signo lingüístico humano, analizado en un concepto o significado y su «imagen acústica» o significante. En palabras sencillas, a cada concepto o “cosa” corresponde una palabra que lo identifica y a través de la cual entra a formar parte del vocabulario y a “existir”, siendo reconocida y usada entre los miembros de una cierta comunidad. ¿Qué pasa pero cuando ese concepto, por algún motivo, pierde gradualmente importancia y termina siendo algo que nadie recuerda?
Los habitantes de los países ex comunistas conocen y hablan con cariño de los coches Ladas y los Moskhovis, las motocicletas Ural, los camiones Gaz y Kamaz, las radios Selena, los relojes Poljot y Raketa, los despertadores Slava, los ventiladores Orbita, los televisores Krimm. Hay gente que todavía sonríe pensando en los automóviles Trabant. Los polacos de cierta edad guardaban los dibujos animados con los hermanos Lolek y Bolek y había mucha gente que andaba en las bicis plegables Pegas, que volvieron a estar de moda este verano.
Los italianos usaban las máquinas de escribir Olivetti Lettera 22, el viejo Fiat 500 o la Vespa, que comercializan hasta hoy con un diseño y una tecnología completamente diferente. Imágenes de un mundo quizás más sencillo que no iba a toda velocidad como sucede hoy. En Alemania hasta inventaron una palabra “Ostalgie” para referirse a la nostalgia de la vida en tiempos de la antigua República Democrática Alemana, que a la gente anciana, más allá de la política, le hace recordar y revivir su juventud.
Muchas de estas palabras van a desaparecer, los hábitos cambian y el rápido desarrollo de la tecnología va ofrecer opciones más modernas, que correspondan a las necesidades del consumidor. Sin embargo, el valor afectivo no va ser el mismo. En la sociedad moderna con sus ritmos acelerados es mucho más difícil poder conservar las mismas costumbres, el mismo coche o ser fiel a una sola serie televisiva, eso también por la invasión de ofertas y opciones que antes no existían.
Aunque muchos de este tipo de conceptos y palabras nuevas siguen entrando en el vocabulario y comienzan a ser utilizados en la sociedad, sobre todo como parte de la tecnología, no llegan a tener el mismo impacto y durabilidad que los enumerados arriba.
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¿Pueden desaparecer las palabras?
- georgec
- Etiquetas: Alemania, italianos, lingüístico, sociedad