La idea de utilizar computadoras en la traducción no es un touch&go, es un touch&stay desde la década del cincuenta. La propuso por primera vez A. D. Booth en 1946 y en 1954, se llevó a cabo un experimento en Georgetown con una traducción totalmente automática de más de 60 oraciones del ruso al inglés. El mundo salía de una guerra mundial que había alentado el desarrollo de la computación para descifrar mensajes en clave y había entrado en la Guerra Fría.
En 1985, se inicia la investigación en España, financiada por 3 empresas multinacionales: IBM, Siemens y Fujitsu. Desde 1998, la Universidad de Alicante desarrolla los siguientes sistemas de traducción automática entre lenguas romances: interNostrum (español/catalán), Traductor Universia (español/portugués) y Apertium (lenguas de España/otras lenguas romances).
La traducción automática es una necesidad frente al gran volumen de información que maneja el mercado. En este contexto, la traducción humana eleva demasiado los tiempos de procesamiento de los proyectos de traducción. Por ello, el texto original se “traduce” automáticamente y sobre este texto trabaja el poseditor, el primer recurso humano del proyecto de traducción. Su tarea es pulir todos los errores que ve del proceso automático y entrega su trabajo al segundo recurso humano del proyecto de traducción: el editor.
La tarea de posedición se puede hacer más llevadera (reducir la cantidad de errores) si en la preedición previa al procesamiento automático se configura el producto del proceso automático. Afortunadamente el programa automático acepta ajustes, a cargo de un lingüista, por ejemplo, se pueden bloquear los nombres de la empresa y sus autoridades del proceso automático (para que no se traduzcan). Otra configuración de preedición puede ser un glosario: se ajustará el programa para que cuando lea una expresión, la traduzca de una única manera: según la preferencia del lingüista o del cliente. Así se pule el producto automático y se aporta consistencia. De todas formas, el producto automático hoy en día requiere de un gran aporte humano para lograr fluidez y corrección gramatical en el texto final.
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