Los humanos y las máquinas no siempre se llevan bien: el primero con frecuencia envidia la habilidad del último para realizar tareas con mayor eficiencia, consistencia y resultados más precisos. Los sentimientos antagónicos que mucha gente ha experimentado por las máquinas se remontan a muchos años atrás y, en particular, a cualquier momento histórico en el cual las máquinas o la tecnología en general hayan desplazado a los trabajadores. Cuando esto ocurrió, el alboroto generalmente se hizo notar: ¿alguien recuerda a los luditas?
En la comunidad de los traductores, muchos comenzaron a ponerse nerviosos debido a la reciente introducción en el mercado de varias herramientas de traducción automática de Google: primero el juego de herramientas para traductores y, más recientemente, la traducción automática de sitios web completos con tan solo hacer clic con un botón. Se esparcieron rumores y se generaron miedos. No obstante, muchos traductores ya se han dado cuenta, con un poco de investigación, de que no existe tal causa de preocupación; al menos, aún no. Parece que por ahora los traductores humanos simplemente no pueden reemplazarse.
Esto se debe a que la calidad de las traducciones de máquina es simplemente deprimente: no se puede decir de forma más elegante. Entonces, los empresarios necesitan plantearse la siguiente pregunta: ¿es preferible pagar un arancel moderado para acceder a un profesional capacitado que traduzca un texto (argumentos de venta, sitios web, folletos publicitarios, etc.) o es mejor confiar en los servicios de traducción automática “en etapa de prueba” que ofrecen compañías como Google? Aquí en Trusted Translations, compartimos la siguiente concepción ampliamente difundida: si no le preocupa tener una buena traducción, entonces es preferible que no realice la traducción. En definitiva, es peor penetrar en un mercado extranjero mediante un lenguaje descuidado que simplemente abstenerse de llegar a ese mercado (al menos, hasta el momento en que esté listo para afrontar esta situación con seriedad).
¿Desea pruebas? Entonces haga lo que yo hice: lea algunas de las traducciones automáticas de los sitios web y compare los textos fuente y las traducciones… ¡se sorprenderá con el resultado! Simplemente no tiene sentido comercial tomar el camino más barato en este campo.