Me gustaría volver a analizar someramente la cuestión del significativo hecho que se produjo el mes pasado, y que culminó en la identificación del alabado autor que escribía con el seudónimo NightJack.
Antes que nada, considero importante destacar lo fascinante de este hecho: según la opinión de muchos, esta es la primera vez en la historia del periodismo moderno que un periódico de renombre ha tenido que pasar por las penurias de desenmascarar una fuente confidencial, para lo que tuvo que dejar de lado la práctica respetada y tradicional de luchar lo más encarnizadamente posible para preservar el anonimato de las fuentes, especialmente las que brindan información desde los frentes de la vida civil, como era el caso de NightJack, el audaz policía al que le gustaba sacar a la luz lo que los demás trataban de ocultar.
¿Qué podría haber motivado la actitud de The Times of London frente a este blogger provocador pero seguramente esclarecedor (es efectivamente lo que hicieron, ya que desenmascararon a la persona que estaba detrás del blog de NightJack)? Parecería ser que los beneficios de desenmascarar a un oficial al que le gustaba incomodar a sus superiores (¿es un pecado?) han sido más que contrarrestados por el éxodo resultante de las fuentes potencialmente perspicaces de la blogósfera, ahora y en el futuro.
Tanto en Gran Bretaña como en el resto del mundo, parecería que el sentimiento popular se inclina hacia el ganador del Premio Orwell de los bloggers, lo que no se relaciona en absoluto con la empatía que puede generar su persona, sino con el hecho de que la mayoría de la gente valora la moralidad más que la legalidad; y, como es de público conocimiento en este momento, las acciones de The Times fueron, sin lugar a dudas, legales por naturaleza, pero, de todas maneras, completamente censurables desde una perspectiva moralista.
¿Qué será lo que “se viene” en el sorprendente y emocionante mundo de los blogs? Lean este blog… y lo sabrán.