Un amigo mío me recomendó recientemente mirar una nueva serie de Netflix que se ha vuelto viral; es posible que hayan oído hablar de «Stranger Things». Lo que me llamó la atención, sin embargo, es que mi amigo (nativo de español como yo) no dijo things, sino fings. Este fenómeno siempre me interesó y es lo que hizo que me decida a escribir acerca de ello: la dificultad de algunos hablantes nativos de español para pronunciar palabras en inglés con el fonema «th» (/ θ /) en ellas. También suele suceder con el number «free» y el verbo to «fink».
En un mundo cada vez más multilingüe, donde la mayoría de nosotros estamos en contacto permanente con la Internet y diferente idiomas, es interesante cómo pronunciamos las palabras extranjeras. Aquí están algunos otros ejemplos que he encontrado:
- Algunos hispanoparlantes tienen dificultades para pronunciar la «Sh» / ʃ /, por lo que Sheldon Cooper en realidad puede ser conocido como «Cheldon» para algunos, o Shakira como «Chakira». Sin embargo, en otros países de habla hispana, donde tanto la «Y» y «LL» se pronuncian como / ʃ /, lo hablantes podrían no tener este problema dado que la pronunciación «Sh» se utiliza a menudo en palabras tales como «Ayuda» o «Estrella». Tal es el caso de las personas que viven en ambas márgenes del Río de la Plata en el Cono Sur de América Latina.
- El uso de la letra H solo es digno de una entrada en el blog. En español, la H es a menudo silenciosa y por lo general al comienzo de una palabra, tales como Huevos. Por lo tanto, un hablante de español (sin mucho conocimiento del idioma inglés) puede decir ello o ow are you?. Con el fin de pronunciar lo mejor que puedan, tendrían que utilizar los sonidos que en español están representadas por las letras «j» o «g». Las palabras «juego» o «gente» son dos ejemplos en los que la primera letra se pronuncia como se pronuncia la «H» inglesa.
- Demos vuelta la tortilla y analicemos a los hablantes anglosajones. Teniendo en cuenta la información indicada en el punto 2 (la H silenciosa al comienzo de las palabras) a menudo sucede que los nativos del inglés añaden un sonido extra a palabras tales como «heladera» o «almohada».
Diversos estudios han demostrado que una de las razones para esto puede deberse a que la neuroplasticidad de una persona disminuye generalmente con el tiempo. Por lo tanto, si no hemos estado expuestos a determinados idiomas durante nuestros primeros años de vida, nuestra capacidad para pronunciar ciertos fonemas de forma natural (fisiológicamente) se vuelve mucho más difícil en el futuro, lo que lleva a algunas interesantes y, a veces confusas, conversaciones de sobremesa.