Cuando decidí estudiar neerlandés no sabía realmente que podrían haber distintas variaciones de este idioma. De hecho, creía que se hablaba solo en Holanda, pero más adelante descubrí que no podía estar más equivocado.
Por medio de un amigo conseguí el contacto de una profesora particular de neerlandés. Cuando fui a la primera clase, me contó que ella no era originaria de Holanda sino de Bélgica, y que en su país se hablaba francés en una región, y flamenco en otra. Mi primera pregunta fue entonces si el neerlandés y el flamenco eran lo mismo. Ella me explicó que el neerlandés (Nederlands) es una lengua germánica que tiene dos dialectos principales: el del norte, llamado comúnmente holandés; y el del sur, correspondiente a la región de Flandes en Bélgica, conocido como flamenco (Vlaams). Pero incluso dentro de estas dos grandes áreas existen variaciones y dialectos propios de cada región y a veces les cuesta entenderse entre ellos a pesar de venir todos del mismo idioma. La agitada historia de las diferentes zonas de habla neerlandesa ha originado estos distintos caminos evolutivos de la lengua, tal como sucede con otros idiomas.
Entonces, ¿son el mismo idioma? La respuesta es sí. Las diferencia principal entre uno y otro son la pronunciación y un grupo de no más de 2000 palabras que cambian de una región a otra.
Siendo el español mi lengua madre, me resultaba relativamente fácil entender la pronunciación de mi profesora belga. Era consciente de que estaba aprendiendo flamenco y no precisamente “neerlandés puro”. Pero cuando viajé a Holanda por primera vez me di cuenta realmente de la diferencia: por escrito me resultaba todo exactamente como lo había aprendido, pero se me hacía sumamente difícil entender a los holandeses cuando hablaban. Percibía la pronunciación bastante más distorsionada que el flamenco, y definitivamente hablaban más rápido. Me sentí un poco perdido como cuando fui por primera vez a los Estados Unidos después de haber aprendido inglés británico toda la vida. En ambos casos, tanto con el holandés como con el inglés norteamericano, tenía que pedirle a la gente que me hablara lenta y claramente para poder entender lo que decían.
Con el correr del tiempo me enteré que el neerlandés no se limita solamente a Europa, sino que también se habla en distintas partes del continente americano como Surinam (donde es la lengua principal), las Antillas Holandesas, Aruba (donde también se habla papiamento, una versión criolla del neerlandés), así como también antiguas ocupaciones holandesas en África, como Namibia y Sudáfrica (donde predomina el Afrikaans, la versión local del neerlandés).
Como sucede con muchos idiomas, el neerlandés tiene muchas variaciones y distribuciones geográficas, pero la Unión de la lengua Neerlandesa se ocupa de regularlas facilitando así la comunicación entre los hablantes de este idioma, incluyendo a los curiosos como yo que se aventuran en el aprendizaje de un nuevo idioma.
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