Ahora que hemos explorado la transliteración, el primer método de conversión de nombre que es el establecido por el «Manual para la normalización nacional de los nombres geográficos» del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas en Nombres Geográficos, es hora de seguir adelante con el segundo método descrito, más conocido como transcripción.
La transcripción es una práctica antigua. Era el método utilizado por los exploradores y cartógrafos para recordar el sonido de los nombres extranjeros aprendido de las poblaciones endémicas que se encontraban durante sus viajes. Se define por el Manual de la ONU como la transformación fonética escrita de un nombre, en este caso un topónimo, de un idioma a otro. Por lo tanto, en otras palabras, es la representación de los sonidos de un idioma extranjero en la escritura de un idioma de destino. En consecuencia, en la transcripción, a diferencia de en la transcripción, el proceso de conversión del nombre no implica diacríticos o letras especiales. Una de las ventajas de la transcripción es el hecho de que aquellos que desean pronunciar un nombre extranjero serán capaces de hacerlo sin ninguna ayuda. Una transcripción de este tipo no requeriría una ayuda externa, tal como una clave de transliteración, para pronunciar el nombre extranjero.
Es importante tener en cuenta que la transcripción es por lo general un proceso no reversible. Esto significa que una vez que un topónimo se ha transcrito a partir de un idioma fuente a un idioma de destino, retranscribirlo al idioma de origen podría no producir el nombre original. El manual proporciona el ejemplo del nombre inglés Chichester. La transcripción al alemán del nombre de esta ciudad inglesa es Tschitschester que es lo más cercana a la expresión de los sonidos de la lengua original (en inglés) en la escritura de la lengua de destino (alemán). Al retranscribir Tschitschester al inglés, los resultados son muchos, incluidos Tshitshester, Tchitchester, Tshitchester o Tchittshester, aparte de la versión original y correcta: Chichester.
A diferencia del el caso de la transliteración, el Manual establece que la transcripción se ve como un método de conversión de nombre «popular» pero no «profesional», debido al hecho de que es un proceso no reversible. Sin embargo, lo grandioso acerca de la transcripción es que se trata de una perspectiva fonética de la conversión del nombre en lugar de una «transformación letra por letra» como en la transliteración. Esto hace que la lectura de topónimos sea una tarea mucho más fácil, sin signos diacríticos y otros caracteres especiales.