Los peligros de la traducción con inteligencia artificial en los contextos de solicitud de asilo

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Los refugiados se encuentran en una situación particularmente precaria, frustrante y aterradora. Han sido desplazados de sus hogares y están obligados a intentar obtener la entrada a un país extranjero. Un país cuya lengua oficial muchas veces es distinta de la suya. Es una situación que la mayoría de las personas se dan el lujo de evitar. Este evento transformador de vidas está totalmente fuera del control de los refugiados. Por eso, la tendencia reciente de algunas agencias gubernamentales y organizaciones a efectivamente denegar el acceso de estos individuos a traductores expertos a la hora de rellenar importantísimos documentos —en lugar de librarlos a la ayuda defectuosa de los programas de traducción automática— es chocante.

Si bien la traducción automática ha mejorado mucho en la última década, sigue quedándose corta, y sus errores no caben en la situación de vida o muerta en la que se pueden encontrar los refugiados. Los formularios que los solicitantes de asilo deben rellenar requieren exactitud. Y la exactitud, en este caso, requiere profesionales cualificados.

Traductores y refugiados

Cuando se solicita asilo en varios países, el refugiado probablemente se enfrente a estas circunstancias con poco o nulo conocimiento de la lengua del país. Esto es de esperarse. Después de todo, esta no fue una excursión planificada. Los refugiados no tienen voz en el asunto. Trabajando en conjunto con ellos, los traductores pueden ayudar a estos refugiados a hacerse camino en un sistema de migraciones complejo, lo que incluye rejuntar varios formularios de migraciones, como las solicitudes de asilo.

Sin esta ayuda, es difícil imaginarse cómo un refugiado podría encontrarle un sentido claro a lo que se le pide, por no hablar de cómo responder.

Uma Mirkhail, una traductora especializada en crisis, que trabaja con Respond Crisis Translation, contó a Rest of the World una situación en la que la falta de asistencia tuvo consecuencias catastróficas. En 2020, Mirkhail trabajaba con un refugiado hablante de pastún que había huido a Estados Unidos desde Afganistán, cuya solicitud de asilo fue denegada solo porque no era congruente con su respuesta inicial en la entrevista.

Explicarlo es sencillo: una herramienta de traducción automática había cambiado los pronombres de primera persona singular en la declaración por pronombres de primera persona plural, lo que creó una diferencia entre la entrevista inicial y lo que estaba escrito en su solicitud de asilo. La diferencia era suficiente razón para rechazarla.

Como dijo Leila Lorenzo, directora de políticas de Respond Crisis Translation, en una entrevista con Rest of the World, no solo se quedan sin empleo los traductores con el auge de las aplicaciones y de la traducción automática, sino que muchos casos precarios de asilo corren peligro.

En Reino Unido, un documento filtrado, proveniente del Ministerio del Interior (Home Office), revelado por el diario The Guardian, indicaba nuevos planes para despejar los pedidos acumulados de asilo. Estos planes incluían un cuestionario de más de cincuenta preguntas que reemplazaría las entrevistas en persona bajo el Streamlined Asylum Processing (Proceso Simplificado de Asilo). La directiva oficial para aquellos con conocimientos limitados de lengua inglesa sería pedir ayuda a familiares y amigos o utilizar herramientas de traducción en Internet.

Asegurarse un apoyo adecuado

Asegurarse de que los solicitantes de asilo tengan una oportunidad equitativa significa asegurarles una asistencia: una ayuda genuina, como contar con traductores expertos que pueden evitar el tipo de error que cometen las herramientas de traducción y el software. Los gobiernos —o las compañías que estos contratan— y las organizaciones de beneficencia que trabajan con solicitantes de asilo no pueden seguir dependiendo de una tecnología ineficiente si su meta es darles una oportunidad equitativa a los solicitantes de asilo.

Por supuesto, la traducción automática y la inteligencia artificial siguen siendo novedades interesantes, pero traducir es un proceso difícil. Es mucho más que traducir palabra por palabra. El contexto de una oración puede influir en el significado de una sola palabra, de manera que la tecnología no lo puede reconocer, lo que produce errores sencillos. Así es el caso que señala Mirkhail. Un traductor humano puede hacerse camino entre estos detalles. También, entre los pequeños detalles que introducen las metáforas y las expresiones idiomáticas en la lengua madre de un refugiado.

Damian Harris-Hernández, cofundador del Refugee Translation Project, señala estos problemas y también señala que, en el fondo, «la persona puede solo ser imperfecta a la hora de escribir».

Dos de las lenguas más requeridas del Refugee Translation Project son el darí y el pastún. Estas lenguas se han quedado atrás de otras más comunes, como el inglés, en cuanto a las herramientas de traducción. Es por este retraso que, a grandes rasgos, el inglés o el mandarín tienen una prioridad alta.

Por el bien de las personas que necesitan sus servicios, hay que tener en cuenta que merece la pena contratar traductores. Estos pueden asegurarse de que los individuos que solicitan asilo sepan qué es lo que comunican, ya sea a través de los cuestionarios, los documentos o las declaraciones. Trusted Translations ofrece los servicios de lingüistas profesionales de todo el mundo, que trabajan en una amplia gama de lenguas. Estos son servicios sumamente importantes.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay