De vez en cuando, recibimos un proyecto de traducción relacionado con una de mis aficiones favoritas: la música. Y aunque cualquiera que esté familiarizado con la música puede pensar “¡Qué fácil. Toda la música está en italiano!”, no es tan simple. Es cierto que durante el renacimiento, la creación de la música italiana revolucionó la música occidental y en cierta forma estableció las convenciones modernas, lo que incluyó el uso de palabras italianas en las partituras, pero también es cierto que el arte de la música puede percibirse y su funcionamiento puede entenderse, sin importar el idioma. Naturalmente, las diferentes culturas pueden tener diferentes nombres para sus elementos. Este es un excelente ejemplo para explicar cómo funciona la traducción: hay una melodía, una escala, un estado de ánimo, que todos entienden, y dos o más nombres diferentes para lo mismo.
Los que viven en países de habla inglesa conocen las notas naturales como C, D, E, F, G, A, B. Este orden es resultado de la utilización de una escala mayor para organizarlas “naturalmente” (es necesario saber un poco sobre música para entender esto). Esta escala mayor se contrapone con la escala menor de uso común en el pasado, cuando la disposición era A, B, C, D, E, F, G, comúnmente conocida como la escala de A menor. La convención musical moderna reconoce 12 escalas mayores y menores. La que más se usa en la música moderna es la escala de C mayor. Esto se debe a que es la única escala mayor hecha de todas las notas naturales. Así que finalmente, con el paso del tiempo, la reorganización de las notas cambió de A, B, C, D, E, F, G a C, D, E, F, G, A, B. Esto, combinado con el desarrollo de la fabricación de instrumentos con el consiguiente afinamiento, dio paso a la utilización y la estandarización de estas escalas, lo que hizo posible que alguien como Bach escribiera su música. Algunos sostienen que Bach, gracias a sus predecesores italianos, marca el comienzo de la música moderna.
Según algunas personas, la nomenclatura representada con letras deriva de los monjes, que preferían sonidos “eólicos” cuando hacían música y decidieron dar el nombre de “A” a su primera nota. Otra teoría se remonta al siglo VI y afirma el filósofo Boecio usaba las primeras letras del alfabeto para representar las notas musicales. Una tercera teoría afirma que la Iglesia Católica intervino en la Edad Media con el fin de estandarizar los cánticos para que pudieran cantarse en todo el mundo conocido.
Los orígenes de esta notación inglesa siguen siendo poco claros. A diferencia del inglés, muchos países del mundo utilizan la notación Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. Los nombres de las notas llevan consigo una interesante historia que se remonta a la Italia de la Edad Media. Esta nomenclatura proviene de las primeras sílabas de un canto de Guido d’Arezzo escrito en honor de San Juan Bautista en el siglo XII. Obviamente, estaba escrito en latín: UT queant laxis, REsonare fibris, MIra gestorum, FAmulti tourom, SOLve pollute, LAbii reatum, Sancte Ioannes. Originalmente, la primera nota de la escala fue escrita “UT”, pero el musicólogo italiano Giovanni Battista Dóni la sustituyó por “Do” para hacer el solfeo (cantar las notas) más fácil. Otros afirman que se la cambió por “Do” por el comienzo de la palabra “Dominus” (Señor).
Dado que estamos mencionando Italia, hay que decir que les debemos mucho a los habitantes de la bota en lo relacionado con la música moderna. La mayoría de las personas asocian la música clásica y la ópera a los italianos; y si bien los compositores de otros países europeos brindaron su aporte, Italia ocupa el podio. Pero no solo les debemos la ópera a los italianos, también les debemos el jazz. No muchos saben que a Benito Mussolini, cuya fama y controversia lo precedieron, le gustaba mucho el jazz. Es un hecho que este género experimentó un gran crecimiento durante los tiempos difíciles de la Segunda Guerra Mundial. Mussolini pudo capitalizar el entusiasmo generalizado por el jazz para impulsar su crecimiento al fomentar que se escuchara e incluso conceder protección política a algunos grupos, por ejemplo, el famoso Trío Lescano. Estos músicos, junto con muchos otros músicos de jazz italianos pudieron prosperar después de la guerra, y con el tiempo influyeron en la música estadounidense. Los italianos conocen mucho sobre jazz y su estilo incluso influenció a muchos músicos y cantantes, como Frank Sinatra.
Por lo tanto, si alguna vez tiene que trabajar en proyectos relacionados con la música, tenga en cuenta que hay un lenguaje completo listo para darle la bienvenida, hacerlo conmover y cautivarlo, entre las partituras y fuera de ellas.