Le damos la bienvenida a Bryant, que se suma a Scott como blogger en inglés.
Siguiendo con la temática de los idiomas, hoy analizamos el alemán, que tiene una fuerte presencia en Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile y México, países que han recibido la ola migratoria alemana durante los últimos 200 años. Actualmente, son aproximadamente 100 millones las personas que hablan alemán en todo el mundo. Se habla en Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, en las regiones de Alsacia y Lorena de Francia y en el Alto Adigio de Italia.
Hoy en día, estudiar alemán abre infinidad de puertas tanto laborales como comerciales. Por un lado, comunicarse con los socios/clientes alemanes lo distingue de la competencia y le aporta fluidez a las negociaciones. Por otro lado, los alemanes son de los pueblos que más viajan y, por ende, consumen en el exterior. Asimismo, el alemán ha dejado una gran impronta en el mundo de la literatura y el arte, gracias a la genialidad de Goethe, Kafka, Bach, Mozart y Beethoven, entre otros.
En el alemán existen tres géneros: femenino, masculino y neutro, y cada uno de ellos deja sus inflexiones en la oración. Posee cuatro casos: nominativo, acusativo, genitivo y dativo. Al poseer una abundante cantidad de terminaciones gramaticales, el alemán, a diferencia de otros idiomas, muestra claramente cuál es la función que cumple cada palabra en la oración. El orden de la oración es singular porque no sigue el lugar habitual que ocupa el sujeto y el predicado, especialmente cuando precede la oración un adverbio o un complemento preposicional. El idioma alemán es el idioma de los creativos por excelencia, ya que se presta a la incorporación de nuevas palabras mediante la simple unión. Es por ello que es el idioma preferido en el ámbito científico, en donde se requiere constantemente nueva terminología para denominar los nuevos procesos y elementos que se descubren.