Las teorías conspirativas son un fenómeno universal y la creencia en ellas está muy extendida en el mapa y en el tiempo. A menudo, los puntos de vista conspiradores causan muchos conflictos entre grupos y naciones. Muchas de las teorías generan odio y difunden falsedades sobre otras culturas, religiones y grupos étnicos.
Historia de las teorías conspirativas
Las teorías conspirativas son historias que algunos individuos inventan para esclarecer eventos o circunstancias importantes. Incluso cuando se proporcionan otras explicaciones perfectamente plausibles y racionales, estas teorías suelen atribuir los hechos a grupos secretos de personas malvadas e influyentes que mueven los hilos detrás del escenario. Se cree que estos grupos conspiradores actúan en su propio interés egoísta y que quieren causar daño al resto de la humanidad. Debido a que estos grupos son muy poderosos, es casi imposible encontrar pruebas de su existencia. Por lo menos, esto es lo que dicen las teorías conspirativas, y sus defensores no son fácilmente disuadidos por argumentos racionales. Las teorías conspirativas a menudo nacen de la ignorancia, de la desconfianza, de la paranoia, de la vanidad o de pura malicia, y, en su esencia, frecuentemente, fomentan los prejuicios, las cacerías de brujas e incluso los genocidios. Si miras atrás en la historia, verás que siempre han estado ahí. El miedo al poder oculto y a las conspiraciones se ha conformado en fuerza en la política una y otra vez, desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Sin embargo, es posible que la CIA haya acuñado el término teoría conspirativa en 1967. Comenzaron a usar el término para desestimar a las personas que cuestionaban la historia oficial sobre el asesinato de John F. Kennedy.
#SaveTheChildren y la gran mentira de la COVID-19
El movimiento QAnon no funciona como otras teorías conspirativas. Este movimiento marginal es de carácter internacional. Las Q narratives parecen persistir porque se adaptan a cualquier situación. Los mitos son tan indeterminados que los seguidores pueden ver lo que quieran o necesiten ver en el grupo. Otra gran diferencia en los tiempos actuales con la teoría conspirativa Q es la pandemia global. Las teorías conspirativas más populares de la historia se nutren de la ansiedad, del miedo y de la incertidumbre. Cada sociedad tiene su propio conjunto de preocupaciones y obsesiones. Ese no es el caso ahora; es por eso que el grupo ha prosperado. Encontraron millones de seguidores al difundir información falsa sobre la COVID-19 y las vacunas. Q surge en un momento en que las personas de todo el mundo están asustadas y desconfían de casi todo. Eventualmente, las redes sociales comenzaron a borrar publicaciones Q por divulgar información falsa. En aquel momento, el grupo se apropió del hashtag #SaveTheChildren. Al principio, solo usaban ese hashtag para burlar los algoritmos restrictivos de las redes. Es decir, se aprovecharon de la preocupación por los niños vulnerables, pero nunca rescataron a ningún niño. Pero como la gente se preocupa mucho por los niños, el engaño funcionó. El grupo también encontró muchos más seguidores entre los defensores de los niños. Este también fue el momento en que Australia y Nueva Zelanda se involucraron. En esos tiempos, comenzaron las protestas de QAnon en Australia y en Nueva Zelanda. Los manifestantes llegaban con pancartas que denunciaban túneles de trata de personas con fines de explotación sexual y que llevaban el lema «¡La COVID-19 es mentira!». Ahora están en todo el mundo, desde el Congo hasta la Turquía.
Las teorías conspirativas y las redes sociales
Los creadores de teorías conspirativas han intentado poner en duda las historias oficiales de innumerables eventos importantes durante siglos. La diferencia hoy en día es que, gracias a Internet, las discusiones se desarrollan a través de una extensión geográfica mucho más amplia, más rápida y fácilmente. Las redes sociales son excelentes herramientas para mantener a las personas conectadas en todo el mundo. Muchos también se mantienen informados sobre la actualidad a través de varias plataformas de redes sociales. Esto puede ser un problema porque también abre la puerta a la desinformación. Los creadores de teorías conspirativas utilizan estas plataformas para compartir información falsa, como publicaciones de QAnon. La información falsa a menudo cubre temas actuales importantes, como las vacunas y la COVID-19. No hay pruebas de que existan más teorías conspirativas hoy que en cualquier otro momento de la historia. Los juicios por brujería de Salem, por ejemplo, tuvieron lugar mucho antes de la existencia de las redes sociales. Sin embargo, las redes sociales han ayudado a acelerar la difusión de las teorías conspirativas en todo el mundo, y las consecuencias podrían ser terribles.