Recapitulemos: el inglés no tiene un organismo oficial de contralor que distinga lo correcto de lo incorrecto. No obstante, se basa en una serie de normas y axiomas respecto de «la mejor manera» de comunicarse adecuadamente. Por lo tanto, existen muchas maneras diferentes para expresarse en inglés y, a su vez, mucho desacuerdo en cuanto a la “comunicación adecuada en inglés”.
Una de las cuestiones más complejas es aceptar (o no) que las oraciones puedan finalizar con una preposición, por ejemplo, “He does not know what he is talking about”.
¿De dónde proviene la noción de que este uso es incorrecto? Del latín, por supuesto. Y también del alemán, un poquito. No tiene fundamento dentro de un uso objetivo del inglés. La noción de que una preposición no debería ser la última palabra de una oración surgió simplemente por que así lo es en otros idiomas vinculados al inglés. Aun así, el inglés es inglés y el latín, latín. Entonces, ¿por qué esto continúa en vigencia después de tantos siglos? Quién sabe… Pero sostengo que no es válido, dado que ese uso en general es la manera más concisa y correcta de expresar determinadas ideas.
Para ofrecer pruebas, me limito a la famosa ocurrencia que generalmente se atribuye a Winston Churchill pero que se aplica al caso independientemente de quien la acuñó:
“That is a rule up with which I will not put» (no toleraré esa regla).
Y punto.