Las muletillas son palabras o frases que se repiten mucho por hábito. Hasta se suelen decir como acto reflejo, es decir, no nos damos cuenta de que las decimos. Es un recurso automático en el cual nos “apoyamos” cuando no estamos 100% seguros de lo que decimos, para cubrir el silencio incómodo cuando estamos pensando la siguiente idea de nuestro discurso o para superar los obstáculos lingüísticos que nos impone el idioma.
El uso de este tipo de vicio se ve potenciado por la falta de un vocabulario amplio y variado, la destreza comunicativa o los nervios de la persona.
Hay una amplia variedad de muletillas. A continuación, incluyo las más frecuentes.
… ¿entiendes?
… ¿me explico?
… ¿verdad?
… ¿sí?
… ¿no?
… ¿cierto?
Una muy buena pregunta es: ¿cómo eliminamos las muletillas de nuestro vocabulario? Existen ciertas maneras que nos pueden ayudar a erradicar esta «molestia lingüística». Por ejemplo, intenta reducir la velocidad de tu discurso y realiza pausas conscientes entre las frases. Al principio, lo sentirás como algo forzado, pero con el pasar del tiempo, te saldrá con naturalidad. Otro método que puedes implementar es grabar tu voz, al menos cuando tienes que realizar una presentación en público. Después de esto, repasa la grabación e intenta detectar las muletillas repetitivas que dices. Una vez que las ubiques, debes ser inflexible con ellas. Esfuérzate cada vez que hables en público para evitarlas. Debes practicar mucho, enfrente al espejo, con un colega, amigos o familiares. Con la práctica, se logra la perfección. Sólo así desaparecerán.
Como conclusión, tengamos en cuenta que las muletillas opacan la belleza del discurso y que las pausas (o silencio), a pesar de que no nos gusten, son necesarias en cualquier tipo de conversación o exposición.
Versión en inglés: Fillers