Ya hace tiempo que oímos hablar de la “Revolución de las redes sociales”. Desde mediados del 2001, año en que surgieron los primeros sitios que fomentan las redes colaborativas, los sistemas de social media como Facebook, Twitter, YouTube, Myspace y Linkedin han producido un cambio drástico en la forma de comunicarse de las personas. Y no es extraño que la Web 2.0, como se la denomina actualmente, haya traído aparejada una avalancha de nuevos conceptos y metodologías de uso por parte de aficionados que logran visualizar ventajas potenciales a nivel global.
Las redes sociales han modificado nuestro hábito de vida, y son cada vez más las personas que comprenden la necesidad de estar presentes en ellas. En datos estadísticos, YouTube cuenta con un tráfico de subida de 20 horas de video por minuto, Facebook posee más de 250 millones de usuarios en todo el mundo, y Wikipedia contiene más de 13 millones de artículos traducidos a 260 lenguas diferentes.
Sin embargo, la magnitud de la popularidad de este fenómeno ya superó los niveles del simple relacionamiento social; el uso que, en principio, se le dio a estas herramientas, ha dado un giro de 360° en poco tiempo: las plataformas que antes se utilizaban para conocer gente, participar de actividades que se publican en Internet o intercambiar contenido son ahora herramientas poderosas de alto alcance masivo cuyo uso se orienta a la divulgación de información, generación de estrategias de Marketing y campañas publicitarias, y al incremento de las ventas de todo tipo de empresas. Si bien no todos confían aun en esta herramienta como parte de su proceso de desarrollo comercial o como inversión a largo plazo, son cada vez más las empresas que comprenden la importancia del uso de las redes sociales y el impacto que tienen en sus cifras. Y es que hay algo de verdad detrás del nuevo enfoque de las redes sociales, ya que han revolucionado de forma abrupta el concepto del marketing y las estrategias comerciales. Tomemos, por ejemplo, la siguiente fórmula: el uso de palabras claves en las búsquedas de Internet, el filtro de los motores de búsqueda -especialmente Google- hacia determinados enlaces y el posicionamiento de un determinado sitio en la búsqueda. El mejor resultado, en la mayoría de los casos, habrá supuesto de una campaña de divulgación da través de redes sociales: cantidad de fans en páginas de facebook, mentions logradas en Twitter, número de suscripciones alcanzadas en feeds RSS o podcasts, o hasta la cantidad de clics logrados o el uso de Google AdWords como método de publicidad online.
Un caso específico es el de compañías como Pepsi, que destinó U$S 20 millones a una campaña de social media, o la multinacional Dell, que ya está facturando U$S 6,5 millones en ventas a través de Twitter. Otro ejemplo concreto fue el lanzamiento de la red social Nike+, que supuso un beneficio de 56 millones de dólares y generó una comunidad de corredores en torno a la red. Incluso Starbucks Argentina no quiso quedarse atrás: además de la divulgación que está generando su página de Facebook, se incluyó la creación de «My Starbucks Idea», red social en la que los propios usuarios los que plantean ideas de mejora para el negocio y los que votan y comentan para decidir las que definitivamente se llevarán o no a cabo en el blog propio del proyecto. Todos ejemplos claros que realzan la teoría -ya hecha realidad- de las enormes e infinitas posibilidades que ofrecen los medios sociales para objetivos publicitarios y comerciales de las empresas.
Ya no se trata de querer o no formar parte de la Web 2.0: ahora la pregunta es ¿tenemos las habilidades necesarias para sacar la mayor ventaja de estas herramientas virtuales? El desafío consiste en desarrollar la capacidad de visualizar hacia dónde apunta el mercado de las redes sociales –y llegar primeros.
(El mito) es una realidad: la era del Social Media llegó para quedarse. Y los que primero entiendan la potencialidad de la generación 2.0, los que aprendan a convivir -y sacar provecho- de estas herramientas de alcance masivo, serán los que se queden con la tajada más grande de la torta virtual.