Un término jurídico con muchas traducciones

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Sin duda alguna, dentro del ámbito de las traducciones jurídicas, podemos encontrarnos muchas veces con distintas opciones para una misma palabra. Un ejemplo de ello son los disclaimers que, como consecuencia del incesante y constante aumento y desarrollo de los mercados y sus correspondientes limitaciones legales, se han vuelto un pedido recurrente de muchos de nuestros clientes.

Como sabemos, los disclaimers pueden indicar advertencias dirigidas al público en general como, por ejemplo, los que se incluyen en paquetes o envoltorios de muchos productos, o los que se incluyen al final de un correo electrónico. Otro tipo de disclaimers son las cláusulas pactadas de mutuo acuerdo por las partes que firman un contrato.

Ahora bien, en el momento de embarcarnos en su traducción, debemos considerar diferentes factores: desde las consideraciones legales aplicables en cada jurisprudencia, país o región (pues sabemos que por más que existan muchas similitudes, cada país aplica y tiene en vigencia distintas leyes, que incluso en otros países pueden no existir), hasta buscar la traducción y el término correcto que más se ajuste al texto original que nos han enviado.

Así pues, al definirnos por una traducción, dicha tarea puede resultarnos altamente compleja, pues disclaimer puede, como sustantivo, traducirse como “advertencia”, “aviso (legal)”, o “limitación/exclusión de responsabilidad”. O bien, como verbo, puede traducirse como “rechazar/renunciar a algo”.  Asimismo, encontramos también quienes prefieren dejar la palabra directamente en inglés.

Por otro lado, aunque nos encontremos con disclaimers que a simple vista puedan parecernos simples y de fácil resolución a la hora de pasarlos a otro idioma, no cabe duda alguna de que conllevan una responsabilidad significativa, pues con ellos transmitiremos un “recordatorio” importante para la persona que lo está leyendo. Caer en una traducción literal y sin una exhaustiva investigación, puede resultar en una difícil comprensión para el lector e incluso en una penalidad para nuestro cliente.

Por ello, como bien reza uno de sus significados, los traductores no podemos “rechazar ni renunciar” a dicha responsabilidad. Por el contrario, debemos ir más allá de las expectativas de nuestros clientes.