En la primera parte, vimos las implicaciones más delicadas de depender de la traducción automática. Pero ¿existe alguna forma de utilizar la traducción automática de manera eficaz? Después de todo, muchas compañías acuden a la traducción automática por buenas razones, como cuando tienen que ajustarse a un presupuesto acotado o cuando el trabajo es extenso y los plazos, cortos.
A continuación, veremos distintas maneras de trabajar con la traducción automática de manera responsable, para minimizar la cantidad de errores.
¿En qué situaciones conviene usar la traducción automática?
Como vimos en la nota anterior, el uso de la traducción automática no es aconsejable para situaciones de alto riesgo, como las que se dan en hospitales, en los tribunales y en la diplomacia. La traducción automática suele tener dificultades con lenguas más exóticas.
La capacidad de estos programas para comprender el tono, las connotaciones culturales, el humor y el lenguaje cotidiano de un discurso no es ideal para las industrias de la publicidad o del marketing, que trabajan con eslóganes, argot y enunciados cortos. En cambio, la traducción automática puede ser muy útil para traducir documentos técnicos extensos o para situaciones en las que la rapidez es prioritaria. Por ejemplo, la traducción automática puede servir para asistir con manuales técnicos, con comunicaciones internas y con textos de menor importancia o de corta vida útil, como las reseñas de productos en Internet.
Desarrollar políticas claras para el uso de la traducción automática
No se trata de una cuestión de tiempo, sino de modo.
En primer lugar, es fundamental crear políticas transparentes para seleccionar y utilizar programas de traducción automática. Si bien existe una amplia variedad de programas de traducción automática en el mercado, los consumidores no cuentan con criterios universales para comprobar la calidad del producto final. Por eso, las organizaciones que realmente dependen de esta tecnología, como las fuerzas del orden o las patrullas fronterizas, deben apañárselas con dispositivos que no han sido rigurosamente comprobados.
Los expertos de la industria han sugerido que es necesario educar al público sobre la traducción automática, no solo para su uso comercial, sino también para su uso personal. Grupos de investigación como el proyecto Machine Learning Literacy de la Universidad de Ottawa, por ejemplo, buscan informar al público acerca de las capacidades y limitaciones reales de la traducción automática. Los traductores también han sugerido crear un consejo internacional para evaluar la calidad de los programas de traducción automática con estándares similares a los de la ISO, que actualmente certifica prestadores de servicios de traducción.
La intervención humana es indispensable
Al final de cuentas, las mejores prácticas de la traducción automática restituyen la figura del traductor humano en la función de poseditor, es decir, corrector traducciones automáticas.
En la posedición, se empieza con traducciones hechas por programas de computadora. El poseditor compara un texto bilingüe dividido en segmentos, producto de la traducción automática, y emplea sus conocimientos lingüísticos para evaluar la calidad de la traducción. Las traducciones de mala calidad pueden ser descartadas y reemplazadas por una nueva traducción llevada a cabo por el poseditor. También se pueden hacer pequeñas correcciones de estilo o de errores de traducción para mejorar la traducción automática. En general, los poseditores trabajan para pulir las traducciones automáticas y convertirlas en textos fluidos y naturales.
Es más, un elemento clave del trabajo de los poseditores es la retroalimentación del proceso, es decir, que las correcciones que se hacen sobre el producto sirven para mejorar el desempeño de la traducción automática. Las redes neuronales aprenden al mismo tiempo que se expanden. De esta manera, las contribuciones de los poseditores mejoran las traducciones futuras.
¿Entonces, cómo se pueden evitar los riesgos de la traducción automática?
Hay que tener en cuenta que el uso de la traducción automática no es aconsejable para situaciones delicadas en las que la mejor opción es un traductor humano. Pero cuando hace falta utilizar la traducción automática, lo mejor es consultar con servicio profesional como Trusted Translations, para averiguar qué programa de traducción automática es el mejor para cada situación y para aprovechar los servicios de posedición que ofrecen.