La traducción audiovisual (TAV) es desarrollar la actividad traductora en un contexto caracterizado por la interacción del texto (ya sea oral o escrito) con el sonido y la imagen.
Dentro de este tipo de traducción los dos ámbitos más populares son el doblaje y la subtitulación, donde la utilización de uno u otro dependerá de los diferentes mercados. Por ejemplo, en el caso de España, prácticamente todo vídeo, película, serie, documental o documento audiovisual extranjero suele doblarse al español, e incluso, en determinadas zonas, los cines comunes prácticamente no ofertan películas en versión original con subtítulos sino que tienes que ir a cines exclusivos de este tipo de formato para las películas.
Pero, ¿cuáles son las diferencias y las ventajas e inconvenientes de uno u otro formato?
Ambos tienen sus pros y contras tanto desde el punto de vista del traductor como del espectador objetivo.
Desde la mira del traductor, el doblaje permite la continuidad de la película, reproducir elementos dialectales, reflejar juegos de palabras y utilizar la ironía o el sarcasmo, pero presenta la dificultad de tener que coordinar las palabras en el idioma de destino con el movimiento de los labios del actor en cuestión; además, se pierde el toque «diferenciador» pues a lo mejor estás viendo una película que se desarrolla en China, interpretada por chinos que, sin embargo, «se comunican» en español.
La ventaja para el espectador es que no tiene que concentrarse más que en la película y no tiene que «desdoblar» su atención mirando la película y las letras que aparecen debajo como en el caso de la subtitulación.
Por otra parte, el traductor que se dedica a la subtitulación tiene una serie de limitaciones pues tiene que plasmar lo que dice un personaje en unas pocas palabras y en un tiempo limitado, pues el espectador tiene que tener el tiempo suficiente para leer el mensaje antes de pasar al siguiente; la pega para el espectador es que debe prestar atención constantemente al texto más que a la imagen, por lo que puede «perderse» mensajes importantes no textuales del documento visual en cuestión.
Es por ello, que en este ámbito, es especialmente importante recurrir a profesionales cualificados y especializados en el ámbito audiovisual acostumbrados a lidiar con este tipo de problemas que sepan resolverlo para que la transmisión del mensaje sea lo más fiel posible al original.