Cada vez podemos ver menos espectáculos emocionantes en este campeonato mundial de fútbol, puesto que cada vez son menos los equipos que siguen participando.
Y frente al alto rendimiento de los equipos, algunos rivales se sorprenden y esas sorpresas se manejan de manera diferente: unos se desconciertan y se desalientan; otros, siguen compitiendo y se adaptan rápidamente a ese gol inesperado, en un verdadero alarde de flexibilidad.
Cuando veo tanto profesionalismo en estos jugadores, no puedo evitar compararlos con lo que ocurre a diario en mi profesión y ver las semejanzas.
En la mayoría de los proyectos, claro está, cada etapa se desarrolla con total normalidad según lo planificado. Pero en unos pocos proyectos surgen imprevistos, por ejemplo, cortes de luz, problemas personales de los recursos humanos que impiden que sigan trabajando o interrupción de los servicios de Internet.
Frente a este panorama de sorpresas, hay que destacar la labor excepcional de los coordinadores de proyectos, que realmente actúan con total diligencia y pericia en la resolución de los problemas o pequeños obstáculos de cada etapa y permiten que la entrega final se realice según lo planificado.
Y los coordinadores reaccionan frente a los imprevistos con esta soltura, porque su planificación, requisito fundamental de todo proyecto, incluye el factor sorpresa y calculan a priori un lapso de tiempo prudencial acorde para que el proyecto fluya con normalidad ni bien se resuelva el obstáculo.
A mis compañeros coordinadores: ¡gracias por hacer del factor sorpresa un elemento previsible del proyecto!
Versión en inglés: Does Surprise Create Disorder?