Cuando la mayoría de los estadounidenses ven el sintagma «Rosetta Stone» lo primero que se les viene a la mente quizá sea el conocido software para aprender lenguas extranjeras. Rosetta Stone lleva el nombre de un importante fragmento de estela tallada que fue descubierto en 1799. Este descubrimiento nos ha dado la posibilidad de descifrar los jeroglíficos egipcios, una lengua escrita que se había perdido en el tiempo durante siglos. Napoleón y su ejército francés fueron quienes descubrieron la piedra de Rosetta. De no haber estado en campaña en Egipto quizá no habrían descubierto la piedra de Rosetta, la clave que revelaría una gran cantidad de información acerca del antiguo Egipto. La estela reveló la clave para descifrar el significado detrás de los extraños dibujos y símbolos que adornaban muchos monumentos egipcios antiguos y para descubrir muchos misterios del pasado. Este descubrimiento resalta el hecho de que algunos de los mayores logros de la humanidad pueden surgir en los peores momentos, como en la guerra. Y, aunque Napoleón no pudo asegurarse una ruta exclusiva al Asia, al final, logró abrir un portal hacia el pasado.
La historia y los orígenes de la piedra de Rosetta
La piedra fue descubierta en Fort Julien, un fuerte en el delta del Nilo ubicado cerca de la ciudad de Rosetta y recibe el nombre de esta. En agosto de 1799, Napoleón regresó a Francia y dejó sus tropas a cargo de uno de sus generales luego de sufrir graves derrotas en Siria y en Acre. Estos eventos desafortunados significaban que los franceses podrían regresar a su país con las manos vacías. De hecho, perdieron un artefacto que más adelante sería considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia.
La piedra de Rosetta
Si bien muchas personas estuvieron involucradas en el descubrimiento, se dice que fue un oficial del ejército de Napoleón, Pierre François Xavier Bouchard, quien recuperó este artefacto. En julio de 1799, Bouchard estaba supervisando la reconstrucción de las defensas de Port Julien cuando sucedió el hallazgo. Muchos quizá no vieron el valor del descubrimiento. Algunos quizá pensaron que se trataba de escombros. Pero, por suerte, Bouchard supo ver la importancia del fragmento de piedra y, mientras que él no podía descifrar la escritura egipcia, predijo que, como parte de la piedra estaba escrita en griego, alguien más podría traducirla. Dos años más tarde, la piedra fue tomada por los ingleses y transportada a Londres para revelar los secretos del antiguo Egipto. Sin embargo, se tardaría dos décadas más para descifrarla.
El contenido de la piedra de Rosetta
Cuando la piedra llegó a Londres, algunos de los mejores investigadores del mundo intentaron usarla para descifrar el sentido de los jeroglíficos. La piedra estaba tallada en tres sistemas de escritura: el demótico egipcio y los jeroglíficos egipcios, que se habían parcial o totalmente perdido en el tiempo, y el griego, que los investigadores podían leer y traducir. Lamentablemente, descifrar la escritura egipcia antigua no sería tan fácil como habían estimado en un principio. La parte griega no había revelado algunos de los elementos que aparecían frecuentemente en los jeroglíficos. La piedra no sería descifrada y comprendida hasta el 17 de septiembre de 1822, cuando el lingüista francés Jean François Champollion confirmó que los jeroglíficos representaban tanto palabras como sonidos, algo que muchos lingüistas habían obviado antes. Con su nueva interpretación de los fonogramas, Champollion pudo traducir el texto egipcio de la piedra de Rosetta y revelar los secretos de un sinfín de grabados y textos.
La importancia lingüística de la piedra de Rosetta
Antes de estos avances en descifrar la piedra de Rosetta en 1822, el significado de los intrigantes dibujos y símbolos que decoraban las pirámides y muros de Egipto era, en su mayor parte, desconocido. Ni siquiera los habitantes de Egipto podían los significados detrás de estos símbolos, por lo que gran parte de la riqueza histórica y cultura del antiguo Egipto seguía siendo un misterio. Ahora que podían descifrar los jeroglíficos, los lingüistas e investigadores también podían descifrar otros textos egipcios antiguos. Esto fue un gran avance para revelar muchos misterios del Antiguo Egipto al mundo. No hubiera sido posible aprender mucho de lo que sabemos hoy sobre el Antiguo Egipto sin el hallazgo de la piedra de Rosetta. La piedra de Rosetta resultó ser un decreto ptolemaico que afirmaba el culto real de Ptolomeo V y remonta al año 196 a. C.
Datos curiosos acerca desciframiento de la piedra de Rosetta
Champollion era un filólogo prodigioso en su juventud. Había escrito su primer artículo sobre el desciframiento del sistema de escritura demótico y ya dominaba varias lenguas antiguas cuando era todavía un adolescente.
Atanasio Kircher, un estudioso jesuita alemán del siglo XVII, ya había publicado traducciones de los jeroglíficos egipcios antiguos mucho antes del descubrimiento de la piedra de Rosetta. La mayor parte de estas traducciones (si no todas), sin embargo, eran completamente equivocadas.
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