Los idiomas son dinámicos porque se actualizan y se mantienen a tono con las nuevas actitudes y estilos de vida. En particular, el español se adapta muy bien a los neologismos, y esto permite a los hablantes incrementar las habilidades de comunicación y estar siempre “al día”. Pero cuando combinamos nuestra necesidad de comunicarnos con la tecnología, los resultados no siempre son los mejores. A pesar de que la tecnología ha sido de gran ayuda cuando se trata de comunicar y transmitir información, nos hemos vuelto sus esclavos y ni siquiera nos hemos dado cuenta.
No hace falta decir que la tecnología ha conseguido lo mejor de nosotros en términos de comunicación. Nos hemos vuelto tan dependientes de los dispositivos de comunicación, es decir, teléfonos celulares, tabletas y computadoras, que es difícil imaginarnos realizar nuestras tareas habituales sin ellos. Esta supuesta comunicación, a través de las redes sociales y los mensajes de texto, nos ha aislado tanto que el contacto y la conversación en persona parecen ser un arte perdido.
Incluso ha surgido nueva terminología que estamos adoptando a raíz de este nuevo estilo de vida. En la actualidad nos encontramos con palabras tales como “ningufonear” (phubbing en inglés), que se utiliza para describir la acción de prestar más atención al teléfono celular que al entorno. No pasa un día sin que veamos a personas (de todas las edades) caminar con los ojos fijos a sus teléfonos celulares. “Ningufonear” es una combinación de dos palabras: ningunear y teléfono. Ya sea por la aplicación más reciente de juegos (es decir, Pokemon Go) o la necesidad de estar al tanto de las noticias sobre nuestra familia o amigos, cada día parecemos reducir nuestra visión del mundo a la pantalla de nuestro teléfonos.
Otra palabra que parece estar en boga en el léxico actual es “nomofobia”, que se refiere al temor de las personas de estar desconectadas por no tener el teléfono consigo. Proviene de otras tres palabras: El adverbio negativo “no”, “mo” de teléfono móvil y el sustantivo “fobia”. Estas palabras han comenzado a usarse en los medios con mayor frecuencia, que hacen referencia a la nueva enfermedad de nuestro tiempo: ser esclavizados por nuestros teléfonos. Una fobia es un miedo irracional compulsivo, que puede parecer extremo cuando se refiere a no tener nuestros teléfonos celulares. Pero intenta dejar en casa el teléfono celular algún día y podrás notar que, incluso aquellos que no lo creemos, podríamos estar sufriendo de nomofobia también.