A menudo nos preguntamos, ¿es importante estar matriculado? Considero que sí. Pertenecer a una asociación que nos reúna como profesionales de la misma rama nos ofrece diferentes beneficios.
En principio, la matriculación profesional nos sirve para marcar determinada diferencia. Un traductor matriculado, independientemente de su calidad, tendrá una gran ventaja ya que podrá realizar una traducción pública con sólo estar al día con el pago que habitualmente exigen los colegios profesionales. Es muy importante contar con esta posibilidad, ya que al legalizar nuestras traducciones las revestimos de un carácter jurídico por el cual se tornan documentos públicos que dan fe de determinada situación.
Además de las legalizaciones, este tipo de asociaciones nos permiten compartir experiencias con distintos colegas y tal vez, por qué no, desarrollar nuestra veta «política». Es posible que nos interese hacer algo por nosotros mismos y por nuestros colegas, intentar cambiar algún aspecto de la profesión con el cual la mayoría de nuestros compañeros estén disconformes. En ese caso, podremos acercarnos a nuestro órgano de colegiación y participar en charlas, debates y reuniones de ese tipo. No olvidemos tampoco que formar parte de una agrupación que trabaja a favor de nuestra profesión nos posiciona positivamente.
Asimismo, podremos beneficiarnos de las diferentes oportunidades que nos brinde nuestra asociación, como consultas en la biblioteca, descuentos en cursos, jornadas y todo tipo de capacitación, entre otros aspectos.
Sugiero a todos los traductores que se matriculen. Contar con esta opción abre muchas puertas en el ámbito de trabajo, ya que al formar parte de una institución estaremos incluidos en su base de datos y siempre existe la posibilidad de que alguien que nos necesite nos busque allí.