El gobierno de los Estados Unidos tiene una gran demanda de lingüistas.
La administración del presidente Obama quiere hacer más énfasis en la diplomacia a través de comunicaciones multilingües más efectivas en todas las áreas: inteligencia, defensa, agencias del Departamento de Estado, etc.
Se creó la Mesa Redonda del Idioma Interinstitucional (ILR, Interagency Language Roundtable) compuesta por varias agencias del Departamento de Estado.
Su enfoque principal será en aumentar los recursos para idiomas como el dari y el pashto, debido a las operaciones militares en Afganistán.
Muchas agencias como el FBI y la CIA carecen de traductores e intérpretes calificados, y ni hablar de la logística con la que cuentan. Tienen una gran acumulación de documentos decisivos y cruciales para determinadas investigaciones que se van rezagando por la carencia de recursos.
El FBI carece de tecnología y personal adecuados. La CIA necesita agilizar la revisión de información recolectada en otros idiomas; solamente el 13 % de su personal es fluido en un segundo idioma y el 30% de los oficiales de campo hablan un segundo idioma.
La solución depende de una estrategia gubernamental que reconozca la importancia del idioma en la diplomacia, así como en el comercio y el espionaje.
Deberán reclutar y capacitar a personas que hablen estos idiomas de “demanda limitada”, brindar una mayor capacitación y aprendizaje en los idiomas críticos, adquirir tecnología para manejar estos proyectos de una forma adecuada y productiva (TI, herramientas de traducción, traducción automática, etc.) y aumentar el nivel entre los grupos especializados de cada agencia que se dedican a estos casos.
Probablemente deberán crear agencias y equipos de traducción propias para cada uno de estos departamentos e instituciones, que cuenten con toda la información, archivos, diccionarios, glosarios, informes claves (desde declaraciones hasta información proporcionada por testigos).