Las bases terminológicas son parte importante de los procesos de traducción de textos técnicos. Normalmente, una traducción con complicaciones en el vocabulario o la terminología necesita llevarse a cabo con técnicas y procedimientos que puedan garantizar un buen nivel de calidad y de consistencia.
Cargar una base terminológica en una herramienta de traducción, más específicamente en una memoria de traducción de Trados en sus diferentes versiones, es una tarea sencilla. No todos los traductores saben cómo hacerlo. Sin embargo, la experiencia en la industria indica que, una vez que se aprende a cargar una base terminológica (sólo basta con leer un Tutorial en línea), la traducción es mucho más fluida y natural ya se reduce el tiempo que se dedica a la investigación de un término.
Dependiendo del cliente con el que uno trabaja (ya sea como traductor independiente o como agencia de traducción), existe la posibilidad de que ya se proporcionen desde un principio estas bases terminológicas para incorporarlas a las herramientas de trabajo. Esto, por supuesto, facilita muchísimo la tarea del traductor, ya que solo basta cargar esa base terminológica para comenzar a trabajar. Si, por el contrario (esto es algo que sucede con frecuencia), el cliente no manda ninguna lista de términos ni glosario para tomar como referencia, entonces es necesario crear una desde cero. Este paso es fundamental, sobre todo en casos en los que se debe trabajar sobre un texto demasiado técnico y hay que hacer con control de calidad.
Crear una base terminológica desde cero también es un proceso sencillo de aprender. La base terminológica puede crearse a partir de un archivo Excel a dos columnas, a partir de un archivo .txt delimitado por tabulaciones (que hay que convertir a formato .xml o .mdb) o bien mediante herramientas como SDL Muliterm Extract que permite hacer una extracción de términos sobre la base de archivos bilingües.
Siempre existen posibilidades de crear una base terminológica, ya sea crearla de cero o a partir de un simple archivo Excel. Si bien esta última es la opción más clásica, no es la más dinámica ni la más efectiva. Es importante animarse a buscar opciones más rápidas, ya que mediante un glosario bien armado se garantiza una calidad de traducción mucho mejor, sobre todo porque de esta forma se unifican términos que, de otra manera, sería mucho más difícil hacer.