En este blog hemos insistido frecuentemente en la importancia de contratar un traductor profesional a la hora de necesitar una traducción. Y también hemos hablado en más de una ocasión sobre la importancia de la localización.
En este post les traeremos algunos ejemplos del mundo de la publicidad en los que evidentemente se ha fallado en ambos aspectos.
Hace algunos años una famosa compañía de productos capilares lanzó al mercado una buclera (una especie de plancha para hacer bucles en el pelo) llamada Mist Stick. El producto fue un éxito, y como todo producto exitoso, se intentó expandir su mercado. Uno de los nuevos mercados sería Alemania, pero no tuvieron en cuenta que en alemán Mist quiere decir bosta. Extrañamente la gente no corrió hacia las góndolas ansiosa por probar este nuevo tratamiento capilar.
Otro caso interesante es el de una famosa cadena de comida rápida cuya especialidad es el pollo frito. Su slogan es «para chuparse los dedos», pero a la hora de expandir su franquicia a la lejana China, esto fue traducido como «cómase bien sus dedos».
También en China, una famosa marca de refrescos tradujo su slogan «revive con la generación [marca de refrescos]» se tradujo como «[marca de refrescos] trae a sus ancestros de regreso de la tumba». Suponemos que han de haber tenido un éxito enorme entre espiritistas…
El último ejemplo que les traemos es en realidad una categoría en sí misma, ya que es un error que han cometido distintas marcas al traducir sus anuncios al árabe. Una particularidad del árabe (y de muchos otros idiomas) es que se escribe de derecha a izquierda. En el caso de piezas gráficas esto trae aparejada la inversión de toda la pieza gráfica. Lamentablemente esto no parece haberlo tenido en cuenta una conocida empresa de medicamentos de EEUU cuando decidió lanzar su producto en los Emiratos Árabes Unidos con una pieza que incluía dos dibujos en los que se mostraba el antes y el después de tomar el medicamento. Pero a la hora de traducir la campaña, solo cambiaron la orientación de los textos pero no la de las imágenes. Y así, en la versión en árabe, quedaron invertidos los textos con respecto a la imagen del original: antes de tomar el medicamento uno estaba perfectamente sano y después de tomarlo caía enfermo. Hubo casos similares con publicidades de jabones para la ropa, en los que la ropa, luego de ser lavada con el jabón, acababa toda sucia.
Dados estos ejemplos solo me queda insistir una vez más (como si fuera un mantra) con lo importante que es contar con un servicio de traducción y localización profesional para evitar este tipo de errores.