¿A qué nos referimos los traductores cuando decimos que el Diccionario de la RAE es el único “aceptado”? Sencillamente, al hecho de que nuestro trabajo debe poder fundamentarse a través de normativa establecida por aquella institución. Por este motivo, dicho diccionario representa nuestra fuente más confiable.
Tanto al traducir como al corregir una traducción (también denominado “editar» por transferencia del anglicismo) debemos tener en cuenta que nuestras elecciones en materia de terminología deben poder fundamentarse a través de lo establecido por la RAE. Es esencial que nuestros trabajos presenten un respaldo profesional y, para ello, nada mejor que trabajar con pleno conocimiento de las reglas gramaticales.
Sé que trabajar en la corrección de textos es una tarea que difícilmente resulte objetiva, pero la RAE nos ofrece toda una fuente conocimientos de la cual debemos empaparnos en caso de que queramos que nuestros fundamentos no se limiten a simples «escribí tal cosa por que me sonaba mejor así” o el viejo y conocido “lo modifiqué por una cuestión de uso”.
En conclusión, por más que decidamos usar una determinada frase “por que nos suena mejor”, primero debemos recurrir a verificar su uso adecuado según lo determine la Real Academia Española.