La extraña palabra que aparece en el título de este artículo, Jabberwocky, designa a un extraño monstruo, protagonista de un poema originalmente escrito en inglés por Lewis Carroll e incluido en su libro Alicia a través del espejo. Este poema carece de sentido, aunque aún así puede leerse, entenderse y, por supuesto, ¡traducirse!
¿Cuáles son las características de este poema? Por empezar, su estructura es la misma que la de cualquier otro escrito en inglés clásico. La organización gramatical de las oraciones también es correcta, y además se cuidan las formas poéticas, como el uso de cuartetos con ritmo yámbico. Lo más interesante es que es posible tener una idea de los acontecimientos que se narran en él, aunque la mayor parte de las palabras no existe en realidad y surge gracias a la inventiva del autor.
A pesar de que en inglés haya logrado su cometido, bien sabemos que la obra de Carroll es considerada un clásico y, naturalmente, ha sido traducida a numerosos idiomas. Es interesante analizar la manera en la que diferentes traductores han abordado el Jabberwocky. La mayoría de ellos, en español, ha optado por construir las palabras de la misma manera que en el original, es decir, utilizando las mismas raíces o inventando palabras que tuvieran una pronunciación semejante a la original. Pero el problema es que en ocasiones esto hace que el lector se pierda la “sensación” provocada por la palabra en inglés, que, aunque aparentemente absurda, se asemeja a otras palabras existentes. Por eso, entonces, se optó muchas veces por aplicar la teoría de la equivalencia funcional, que indica que se debe procurar mantener el efecto de un texto traducido, y no tanto su forma o literalidad. Así, para la palabra mimsy, que posiblemente sea una combinación de los adjetivos miserable, que significa “miserable” o «triste» y flimsy, «débil», en una de las varias versiones en español se optó por la palabra “misébil”. Aunque no se parece a la palabra original en inglés, excepto por la letra inicial, está opción evoca la sensación que se desea transmitir. Claro que no es la única manera de traducir la palabra: este texto es un claro ejemplo de que no hay una sola traducción correcta.
Cuanto más creativo es el texto original, más amplias y variadas son las posibles versiones traducidas. En este caso, que resulta de lo más complejo, se ilustra el proceso de traducción creativa, que a veces se conoce como transcreación y que requiere de un talento especial más allá de las habilidades de traducción más comúnmente utilizadas.