Como traductora y como persona rodeada a diario de individuos que hablan distintas lenguas en el trabajo, tengo que decir que considero que el proceso y el esfuerzo de hablar distintos idiomas son sumamente gratificantes. Al haberme criado en un hogar en el que se hablaba más de un idioma, estoy convencida de que es un gran beneficio para el desarrollo mental.
Esta noción del poliglotismo, ya propuesta por lingüistas y psicopedagogos desde hace mucho tiempo, está comenzando a cosechar algo de credibilidad científica. En un estudio reciente solicitado por la Comisión Europea, la Academia de Finlandia, en colaboración con la Universidad de Jyväskylä, analizó desde varios ángulos los efectos del poliglotismo sobre el cerebro humano.
El estudio, denominado “La contribución del poliglotismo a la creatividad” (The Contribution of Multilingualism to Creativity), utilizó varias investigaciones neurocientíficas recientes para comprender los efectos del aprendizaje y el uso de más de un idioma sobre la forma en la que los humanos utilizan sus cerebros. Entre los principales descubrimientos han surgido pruebas fehacientes de que el poliglotismo mejora la capacidad de la memoria humana (especialmente la memoria a corto plazo) y, en consecuencia, resulta ventajoso para manejar procesos mentales complejos. Según los términos del mismo informe, la sugerencia es que este tipo de beneficio probablemente podría ampliarse a varios aspectos del funcionamiento del cerebro, mejorar los niveles de creatividad, mejorar la capacidad de las comunicaciones interpersonales y probablemente hasta evitar el inicio del deterioro de la capacidad cognitiva en los Años Dorados.
Más aún, el estudio determinó que los beneficios en el funcionamiento del cerebro no solo se produjeron después de manejar uno o más idiomas distintos, las pruebas demuestran que casi desde los comienzos mismos del proceso de aprendizaje de un nuevo idioma se producen ciertos cambios en los circuitos mentales. Seguramente esto es un incentivo para mucha gente que intenta aprender un nuevo idioma y se inquieta al no ver beneficios evidentes en el proceso.
Evidentemente, es conveniente comenzar a adquirir un nuevo idioma a una edad temprana y afortunadamente este estudio en particular ayudará a estimular la enseñanza del idioma en las escuelas de todo el mundo. En este sentido, los investigadores confirmaron que es más eficaz que los estudiantes aprendan un nuevo idioma insertándolo en otras áreas temáticas (“programas de inmersión”, que se desarrollan en muchas escuelas) antes que simplemente enseñar el idioma como materia propia. El dominio de las matemáticas u otros temas “prácticos” de un nuevo idioma parece ayudar a los estudiantes a avanzar a un ritmo más rápido.