El pasado 14, 15 y 16 de septiembre tuve la oportunidad de asistir al primer Congreso Internacional de Correctores de Textos en Lengua Española que se realizó en Buenos Aires y que tenía como título «Unidos por el mismo idioma».
La organización de este evento corrió a cargo de las distintas organizaciones de este sector de aquellos países hispanoamericanos donde ya se han implantado así como de la Asociación de Correctores en España; en concreto, participaron:
La Fundación Litterae (Argentina): fundada en 1988 con el propósito de difundir el buen uso del idioma español y para formar correctores.
UniCo. La Unión de Correctores. (España): asociación de correctores fundada en 2005 que pretende conseguir el reconocimiento de este sector y servir de apoyo a los profesionales correctores.
Asociación de Profesionales de la Edición y Corrección (PEAC, México): constituida en 1993, es una asociación sin ánimo de lucro que pretende agrupar a aquellas personas que trabajen en actividades relacionadas con la cadena productiva de la industria editorial y periodística.
Asociación de Correctores de Textos del Perú (ASCOT): también es una asociación integrada por profesionales del sector lingüístico que pretende velar por el buen uso del idioma escrito.
En este congreso, que ha reunido a correctores y también a profesionales de sectores relacionados como el periodismo o la traducción, pude disfrutar de distintas ponencias de gran interés que versaban sobre qué función realiza este profesional en el mercado, las distintas opciones laborales a las que puede acceder y el importante papel que desempeña como velador del buen uso de nuestra lengua. Se trataron temas muy diversos como el origen de esta profesión, qué tarifas mínimas deben cobrarse, el peligro de corregir en exceso, cómo diferenciar qué es un error y qué es estilo del autor, la importancia de que se reconozca su labor, entre otras muchas cuestiones.
Este encuentro representó también una oportunidad única para que los correctores profesionales de distintos países pudieran entrar en contacto y, de hecho, grupos de correctores de países como Chile, Uruguay o Venezuela expresaron su deseo de ver materializado este contacto en la creación de asociaciones en sus distintos países para que cada vez se dé más a conocer esta profesión que cae, en la mayoría de los casos e injustamente, en el anonimato.
Además, debido a su carácter sin precedentes, las asociaciones de correctores antes mencionadas, junto con Colombia (que en el momento de organizarse el evento aún no se había constituido como asociación), firmaron una alianza internacional con el propósito de prestarse apoyo mutuo en las diversas cuestiones que les puedan surgir.
Este evento se cerró mirando ya hacia el próximo congreso internacional de correctores que se celebrará en Guadalajara (México) en el marco de la Feria Internacional del Libro en noviembre del próximo año.