Cuando nuestros clientes nos piden una cotización, normalmente se estiman dos o tres pasos para completar un proyecto de traducción. Nuestras combinaciones más comunes son: Traducción y Edición y/o Traducción, Edición y Proofreading (revisión, corrección de textos, corrección de estilo, dependiendo de su preferencia). Este último paso, del cual hablaremos en este pequeño artículo, puede ser un tanto controversial. Primero por si debemos llamarlo Proofreading, ya que hay a quienes no les gusta el término en cuestión, al igual que hay quienes evitan decir “Edición” y prefieren “Revisión”; y segundo porque ni las agencias ni los lingüistas logran ponerse de acuerdo muchas veces en lo que significa este paso.
A modo personal, diferenciaré la Edición del Proofreading de la siguiente manera: la edición o revisión es la corrección o edición (como su nombre lo indica) del texto target en comparación a lo traducido tomando en cuenta el texto en idioma origen o Source. Es decir, nos enfocamos en mejorar la traducción; cotejar la información, agregar o añadir información según sea pertinente. Este paso es más costoso que el Proofreading y requiere de más tiempo, es un paso más intensivo e involucra un análisis más exhaustivo del texto traducido; mientras que el Proofreading o corrección de estilo sería la corrección del Target sin reflejar grandes cambios con respecto a lo traducido y editado, se centra más en el estilo final (ortografía, uso de mayúsculas, estilo básico, puntuación, etc.); el paso final antes de la impresión.
Puede que se deba a un estilo de trabajo específico, ya que muchas agencias, especialmente en Europa, prefieren hacer Traducción y Revisión, mientras que en América se prefiere la Traducción y Edición a la hora de realizar un proyecto de traducción. Puede que se considere la etapa de “revisión” como una mezcla de lo que para nosotros serían los pasos de Edición y Proofreading, pero lo que sí es seguro es que dichas etapas son extremadamente necesarias para poder ofrecer un trabajo de calidad.