Muchas veces nos encontramos frente a un cliente que tiene que resolver una necesidad puntual de traducción en el menor tiempo posible. Ante este panorama, nosotros le explicamos que no trabajamos solos, sino en equipo con otros profesionales de la traducción y frecuentemente nos cuesta dar a entender los motivos por los cuales no hay un solo traductor en el proyecto o que el proyecto no cuenta con una sola etapa de traducción, sino que hay una etapa posterior de edición de la traducción, por más experiencia que tenga el traductor e independientemente de la excelencia de la etapa de traducción.
El control de calidad es un concepto que ha sido aceptado favorablemente en todas las industrias, sin mayores debates por la obviedad de sus beneficios.
En nuestra industria, es claro que tenemos que releer con una mirada global todo el proyecto comparándolo con proyectos previos para el mismo cliente y tomando en cuenta el trabajo de diseñadores y de los técnicos que preparan los contenidos de los sitios web.
Hoy en día ya resulta imposible pensar en un solo traductor a cargo de la totalidad de un proyecto que requiera altos niveles de calidad. Por más excelencia que el traductor pueda agregar al proyecto, tiene que trabajar en equipo con otros colegas y demás profesionales relacionados.
Los tiempos y los costos agregados de los demás profesionales resultan imprescindibles y no optativos al momento de adquirir un proyecto de traducción, ya que por ahorrar en estos aspectos, el cliente podría verse forzado a volver sobre el mismo proyecto de traducción para corregir los errores que se le hayan pasado al traductor que pretendía manejar todo el proyecto solo.
En este sentido, tenemos innumerables ejemplos en carteles de publicidad o revistas frente a los cuales nos asalta la pregunta: ¿nadie se dio cuenta de esto? ¿cómo es posible que nadie lo haya notado? La respuesta es fácil: no hubo control de calidad, faltó la etapa de edición.
Versión en inglés: Edition Stage