Hace unas semanas publicamos un post en el que hablábamos acerca de las curiosas, aunque conscientes, decisiones que a veces toman quienes traducen los títulos de las películas. Decimos que son conscientes, porque por lo general esa traducción que nos puede parecer extraña o desatinada tiene sus motivos (culturales, de mercadeo, etc.), por lo que su peculiaridad deberá ser aceptada, o al menos se encuentra justificada.
Pero no solo de títulos se componen las películas. Es muy fácil reírse de los títulos «mal» traducidos, tanto así que ya es común bromear acerca de ellos y ya no llama la atención ver que el título no se condice con el original. Es por eso que me gustaría ir un poco más profundo y traerles hoy un par de ejemplos de traducciones graciosas, que no gozan de la justificación del mercadeo o de la diferencia cultural, sino que se deben lisa y llanamente a que el traductor entendió mal el original, empleó una palabra equivocada en la traducción, o simplemente no estaba prestando la debida atención.
En una de las primeras versiones en español de La Guerra de las Galaxias, por ejemplo, aparentemente no se le proveyó el guión al traductor, sino que este tuvo que traducir directo a partir de la pista de audio. Así en lugar de Chewbacca entendió Chewing Tobacco, y sin dudarlo ni un segundo rebautizó al querido personaje como Mascatabaco (en su defensa debo decir que no es difícil imaginar al rudo y peludo Chewbacca mascando tabaco cual curtido profesional del béisbol).
Otro ejemplo dentro de la misma saga se dio en las versiones noruegas de la película. El arma más famosa de la película es el arma predilecta de los jedis, los light sabers (sables de luz). Ahora bien, como light en inglés significa tanto luz como liviano o ligero, el traductor se decidió por este último significado y lo tradujo como sables ligeros.
Cambiando de saga, pero manteniéndonos geográficamente cerca de Noruega (y volviendo por un instante a los títulos), tenemos el ejemplo de un pobre traductor sueco que aparentemente nunca en su vida leyó un comic, pero sí corrió muchos maratones, pues decidió traducir el título de la película Iron Man como El Atleta Extremo (por los maratones extremos Iron Man).
Finalmente tenemos un traductor (también sueco) que se ve que está muy muy metido en la moderna vida online, pues cuando se le encomendó traducir el guión de El Señor de los Anillos, película llena de batallas con armamentos similares a los de la Edad Media, decidió sin más que chainmail – cota de mallas, famosa vestimenta de los duros guerreros medievales – se debía traducir como correo en cadena. En fin…
Así que la próxima vez que vayan al cine o alquilen un DVD, estense atentos a los subtítulos, que muchas veces pueden ser lo mejor (o al menos lo más gracioso) de la película.