Hoy en día nos resulta imposible realizar nuestro trabajo sin la ayuda de la computadora. Pero no debemos olvidar que no siempre fue así…
Décadas atrás, ante la inexistencia de tecnología de avanzada, los traductores se forjaban a pura tinta y papel. La investigación se tornaba más compleja, ya que el acceso a textos de cualquier parte del mundo resultaba bastante dificultoso. Además, los tiempos eran otros, dado que las traducciones debían realizarse en forma manuscrita o, aun mejor, mediante la máquina de escribir. El hecho de que algún conocido viajara al exterior era de suma importancia, ya que era la oportunidad ideal para conseguir material invalorable. También se recurría en gran medida al material informativo que podían proporcionar determinadas empresas extranjeras.
En la actualidad, esa realidad cambió. En cierto punto, nos hemos convertido en “esclavos” de la tecnología. Con esto me refiero a que un traductor que no tenga al menos una base de conocimientos informáticos verá su campo laboral absolutamente limitado. Para trabajar con diversos clientes, tanto con empresas como con agencias de traducción, necesitaremos conocer programas diversos como Acrobat, Winzip, Excel, Word, Multiterm, Trados, entre otros. Es por este motivo que es esencial capacitarnos en estas cuestiones y si ya trabajamos con este tipo de software, mantenernos constantemente actualizados. Lamentablemente, un traductor que no se actualiza es un traductor que queda en desventaja respecto del resto.