¿Son los genes o es la educación?
Neurólogos, psicólogos, bioquímicos y demás científicos suelen ponerse de uno u otro lado para explicar trazos del comportamiento y la personalidad tan diversos como la infidelidad, la pasión por los dulces, la tendencia a la depresión o la habilidad para hacer ejecutar música.
En culturas más prácticas, todo se trata de un desequilibrio químico que se arregla fácilmente con una pastillita o dos; en otras, son años de psicoterapia los que modificarán la conducta para llevarla al estado deseado.
En el área que nos interesa, investigadores de la Universidad de Edimburgo realizaron un estudio con más de 500 familias durante 5 años e identificaron un gen que podría explicar cómo los niños desarrollan el lenguaje. El gen, llamado ROBO1 ayuda a las células del cerebro a reconocer y traducir los sonidos del habla, que para el bebé resultan incomprensibles, y otorgarles significado.
Una variante específica del gen ROBO1, hace que el cerebro guarde esos sonidos por cortos tiempos para asociarlos con cosas o conceptos.
Según los investigadores, que trabajaron en colaboración con sus pares de la Universidad de Queensland, Australia, aseguran que este descubrimiento puede ayudar a comprender trastornos del habla, dislexia y problemas de memoria a corto plazo.
Con el tiempo, este tipo de descubrimientos tal vez podría llevar a la clave para el aprendizaje rápido de idiomas, o a que se replique el proceso para que las computadoras puedan “hablar” y “traducir” cada vez mejor.
Versión en inglés: The gene for learning how to speak