Y seguimos mirando partidos emocionantes de este campeonato mundial de fútbol. Y con tanto que ganar y tanto que perder, se escucha la popular frase: “no se permiten errores”. Bueno, entonces, respondo: no se permiten seres humanos.
En efecto, en cualquier actividad con seres humanos habrá errores. Errar es humano. Corregir errores y no repetirlos es un signo de evolución, inteligencia y esfuerzo.
Frente a este hecho inevitable, cometer algún error, solo queda tomar una actitud equilibrada: ni hacer una teatralización del error como si fuéramos actores dramáticos, ni fingir que el error no se vio o nunca ocurrió. La actitud a adoptar, en definitiva, es la del punto de equilibrio: identificar el error y corregirlo lo mejor y más rápidamente posible para detener las consecuencias negativas y, si fuera posible, evitarlas por completo en el futuro.
En mi trabajo como editora veo errores continuamente. Y la idea es que cada etapa (traducción-edición) cuente con una revisión posterior sobre la totalidad del proyecto para unificar terminología y, claro, detectar y corregir errores.
Por ejemplo, un proyecto de 10.000 palabras no puede contar con un solo traductor debido a las limitaciones temporales que existen en la casi totalidad de proyectos. Se torna necesario, entonces, contar con un equipo de traductores, cuyo trabajo será revisado por uno o varios editores y, a su vez, el trabajo del editor o del equipo de editores será controlado por el proofreader o lector final del proyecto para controlar que no se haya filtrado ningún error en el armado de las imágenes o en la distribución del texto del proyecto.
De este trabajo en equipo de vendedores, coordinadores, traductores, editores, diseñadores gráficos, ingenieros en sistemas informáticos y proofreaders surge la excelencia en la entrega al cliente.
Versión en inglés: Mistakes, A Soap Opera?