Existen diferencias entre los conocimientos vinculados a la competencia disciplinaria y los vinculados a la competencia enciclopédica.
La competencia disciplinaria son los conocimientos más concretos relacionados con los conocimientos técnicos de una disciplina. Los textos técnicos son los que exigen un dominio temático, centrado en el dominio de una parcela concreta del saber y sus aspectos léxicos y terminológicos.
La competencia enciclopédica son los conocimientos culturales de tipo general. Son referencias a un bagaje cultural compartido por una determinada comunidad que, más que en los diccionarios convencionales, suelen aparecer en las obras enciclopédicas.
Es importante todo el corpus de referencias intertextuales, las alusiones a otros textos anteriores, las referencias históricas o a un acervo difuso de conocimientos culturales.
Las prisas, los consejos falaces de los diccionarios bilingües o el simple desconocimiento enciclopédico pueden unirse para dar lugar a errores monumentales.
Ni el texto se reduce al formato de la página ni la interpretación al resultado de una lectura rápida. La tarea del traductor es desactivar ese campo de minas de la referencia extratextual. Newmark ha comparado acertadamente la traducción a un iceberg: la mayor parte está debajo de la superficie.