Dibujos, viñetas, globos, onomatopeyas, metáforas visuales… Historieta, cómic, tebeo, manga, B. D. o bande desinée… Seguramente, leyeron una. Este tipo de expresión artística, con formato y elementos tan característicos, tiene sus particularidades a la hora de traducir.
Los globos son, quizá, uno de los elementos más característicos de este tipo de textos. En ellos se expresan no solo los diálogos o los pensamientos de los personajes, sino la forma en que dicen o sienten: el tono, la dicción, el volumen, etcétera. Con diferentes tipos de letras o de globos, se marcan las diferentes características de lo que se expresa. Cuando traducimos el contenido de los globos, el tamaño puede jugarnos en contra, debemos estar atentos tanto al espacio como a la tipología de letra.
Otro elemento típico de las historietas son las onomatopeyas, representaciones gráfico-textuales de sonidos ambientales o enunciaciones verbales no discursivas. Con ellas podemos representar tanto golpes o disparos como gritos, susurros o llanto. Como traductores, es muy importante tener en cuenta que cada idioma representa los sonidos de manera diferente.
El título y los nombres de los personajes también presentan sus dificultades. Dependiendo tanto del país al que vayan dirigidas como de la legislación y del tipo de público, se traducen o se dejan en su idioma original. Hoy en día, la mayoría se conserva en su idioma original, sin embargo, en ocasiones, se traduce algún que otro título o subtítulo con el fin de atraer la atención de una mayor cantidad de lectores.
También hay que tener en cuenta que los traductores no trabajamos solos. La tarea de integrar el texto traducido a la página depende siempre de otra persona, en general, de un diseñador gráfico. Según las herramientas con que cuente el diseñador, el formato en el que le entregaron el archivo original y las instrucciones que haya recibido de la editorial, se traducirán o no determinados elementos de la historieta.
Al momento de traducir una historieta, debemos ser conscientes de que la imagen y el texto están estrechamente relacionados. Traducimos texto, pero ese texto pasa a ser imagen en cuanto alguien lo pega en la viñeta. Debemos adaptarnos a esa imagen tanto para interpretar el texto como para darle su forma final. Como traductores, debemos estar muy atentos a estas particularidades y tenerlas en cuenta para lograr un mejor producto final.