El proceso normal de Trusted Translations es el de llevar a cabo tres pasos en el proceso de traducción que deben respetarse para que la traducción tenga una óptima calidad. La pregunta es, ¿sabemos bien cómo diferenciar esos pasos?
Muchos traductores confunden las funciones de un editor con las de un corrector. Ambas son tan importantes como diferentes.
El editor es el encargado de revisar el texto de llegada escrito por el traductor. Esta revisión debe llevarse a cabo leyendo el texto origen y su traducción, paralelamente, oración por oración, en busca de posibles errores como la mala interpretación del texto de partida por parte del traductor, heterogeneidad en el uso de vocabulario, mal uso de la lengua en el texto de llegada, etc. Es indispensable que toda traducción sea revisada ya que posiblemente el traductor cometerá algún error, por más profesional que sea. También, la traducción pudo haber sido realizada por varios traductores y la tarea principal del editor va a ser la unificación de criterios para que no se note que el texto fue escrito por diferentes personas.
El corrector, en cambio, debe revisar el texto ya editado pero sin la necesidad de leer el texto origen. En algunos casos, la persona encargada de realizar esta tarea ni siquiera tiene conocimiento del texto origen. Su función principal es corregir errores ortográficos, de tipeo, controlar los espacios, el formato del texto y sobre todo darle naturalidad al texto. En el caso en el que al corrector se le hace imposible entender algún fragmento del texto de llegada, este fragmento debe ser señalado para que vuelva a la etapa de edición. El objetivo principal de estos eslabones es mejorar el texto de tal forma que al leerlo suene como si hubiese sido escrito directamente en el idioma de llegada.
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