La diversidad lingüística que ostentan las culturas y las comunidades del planeta son algo esencial para la humanidad, pues es la lengua lo que nos distingue de los otros animales. No existe, en teoría, un límite para la cantidad de lenguas que pueden surgir. Sin embargo, las lenguas de uso corriente pueden extinguirse. La mayoría de estas lenguas son lenguas indígenas que representan las culturas complejas y los sistemas de conocimiento que poseen los hablantes. Por eso, desde hace un tiempo, se han hecho esfuerzos para preservar estas lenguas.
Este mes, la Asamblea General de la ONU ha declarado el periodo 2022-2032 como el Decenio de las Lenguas Indígenas (IDIL). El objetivo es llamar la atención al estado preocupante de muchas lenguas indígenas. Se estima que un cincuenta por ciento de las lenguas que se hablan hoy se extinguirán o estarán en vías de extinción antes del 2100. Esta es una estimación optimista; la cantidad podría fácilmente llegar al noventa por ciento. Es decir, las predicciones más pesimistas indican que solo entre 300 y 600 lenguas estarán a salvo de aquí a finales del siglo.
Por eso, la meta en general es de revitalizar, fomentando su uso, las lenguas en peligro de extinción y aquellas que podrían estarlo. Esto significa darles una mejor posición en el mundo actual.
Por qué esto es importante
Según el plan de acción global IDIL, publicado a finales del 2021, «el derecho a elegir libremente y sin trabas la expresión, la opinión y la lengua que se usa, así como la autodeterminación y la participación activa en la vida pública sin miedo a la discriminación, son requisitos previos para la inclusión y la igualdad como condiciones indispensables para crear sociedades abiertas y participativas». Todas las culturas tienen el derecho de determinar su existencia en sus propios términos mientras participan en un mundo cada vez más conectado. Hoy en día hay asuntos que afectan a todos, y, por lo tanto, todos deberían poder participar en la búsqueda de soluciones para estos problemas.
A medida que estas lenguas, culturas y fuentes de conocimientos desaparecen, también lo hacen posibles soluciones a problemas tales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. De hecho, fue durante una reunión dentro del marco de la Conferencia Sobre la Biodiversidad de la ONU que Csaba Kőrösi, el presidente de la Asamblea General de la ONU, se convenció de que, que las comunidades indígenas y sus lenguas son fundamentales para el cuidado de nuestro planeta.
La importancia de IDIL va no se limita a ayudar a las sociedades modernas a hacer frente a las crisis existenciales. Al dirigirse a la ONU, la representante Aluki Kotierk describió la importancia de la lengua para los derechos políticos, económicos, sociales, culturales y espirituales de las comunidades indígenas del Ártico. Luego añadió que la posibilidad de vivir en sus territorios de origen y de comunicarse en su propia lengua en todos los aspectos de la sociedad moderna es fundamental para una vida digna.
Esfuerzos variados
Incluso empresas como Motorola o Lenovo han decidido formar parte de este proceso y anunciaron su intención de llevar las innovaciones tecnológicas a más comunidades. Esperan cumplir con esta misión incorporando las lenguas indígenas en sus dispositivos electrónicos, para darles a estas comunidades una interfaz íntegramente localizada.
También ha habido intentos de recurrir a la tecnología para preservar las lenguas indígenas, como el Proyecto Tecnológico para las Lenguas Indígenas del Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá. Sin embargo, la principal diferencia (y el posible punto débil) de un proyecto semejante, es que este no necesariamente permite que la lengua exista en su entorno natural. Hay una diferencia entre crear, por ejemplo, un archivo web de una lengua e invitar una comunidad lingüística real a desarrollarse y relacionarse con el resto del mundo.
Próximos pasos
El Consejo Cultural de los Pueblos Originarios de Canadá confeccionó una propuesta de diez objetivos para IDIL, los cuales incluyen otorgar a las comunidades el control de los datos de sus propias lenguas; darles acceso a investigaciones internacionales y recursos para la revitalización lingüística como también a la educación en lengua autóctona; y reconocer y valorar el conocimiento y la experiencia de los pueblos originarios. También sostienen que es necesario que haya tecnología disponible: una necesidad que, por supuesto, ya está abordando Motorola con el apoyo de Lenovo.
Por cierto, este entusiasmo por parte de los grupos indígenas de participar no es nada nuevo. Hace tiempo que tienen el deseo de compartir sus conocimientos acerca del mundo que habitan. Teniendo esto en cuenta, si bien los comentarios de Kőrösi son esperanzadores, no dejan de repetir discursos que ya pronunciaron integrantes de grupos indígenas en los últimos años. Vale la pena mencionar que estos dichos llegan en medio de una crisis apabullante.
Aun así, aquí hay un esfuerzo global claro e inspirado para generar un cambio positivo en la forma en la que el mundo se relaciona con la naturaleza y con los grupos indígenas. Esta década apenas está comenzando y el esfuerzo merece un voto de confianza.
Imagen de Esther en Pixabay