Si bien existe una diversidad de idiomas “pequeños” que no son tan comunes, la mayoría de las lenguas que cuentan con más hablantes en todo el mundo, tanto en Europa como en Asia, provienen del mismo lugar: el grupo de idiomas conocidos entre los expertos como “lenguas indoeuropeas”.
¿Cómo se ha llegado a determinar que lenguas tan diversas como el español, el urdu y el alemán, por mencionar solo algunos ejemplos, están emparentadas? Durante el siglo XVIII, diferentes expertos notaron que existían similitudes entre los cuatro idiomas más antiguos conocidos: el persa, el sánscrito, el latín y el griego, no solo a nivel léxico —es decir, algunas palabras eran parecidas— sino en cuanto a otras características. Algunas de ellas son la presencia de género, número y caso gramatical y, además, la existencia de conjugaciones verbales.
Si bien no se sabe con exactitud dónde se originaron todos estos idiomas, algunas de las opciones son Ucrania, Armenia, Irán o India. Es decir, en torno al área central entre Europa y Asia. A medida que diferentes pueblos fueron emigrando desde esta zona hacia otros puntos del globo, esta gran familia se fue dividiendo aún más. Las dos grandes ramas que se desprenden de ella son la de los idiomas europeos (que incluye los grupos germanos, eslávicos y las lenguas romance, entre otros) y, por otra parte, las indoiranias (donde se encuentran lenguas no tan conocidas en el mundo occidental, pero igualmente muy habladas, como el hindi y el bengalí).
Otra familia de lenguas más pequeña, que aparentemente no está emparentada con la indoeuropea, es la urálica, que recibe su nombre del presunto lugar donde se originó, cerca de los Urales. Aquí se incluyen, entre otros, el estonio, el finés y el húngaro.
En cuanto a las lenguas originarias de América, se cree que algunas provienen de lenguas euroasiáticas, mientras que muchas otras aún no están clasificadas.
¿Conocen alguna otra familia de idiomas?